Matthew 13: 44-46

Jesús dijo a sus discípulos: "El Reino de los cielos es como un tesoro enterrado en un campo, que una persona encuentra y vuelve a esconder, y lleno de alegría va y vende todo lo que tiene y compra ese campo. De nuevo, el Reino de los cielos es como un mercader que busca perlas finas: cuando encuentra una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.

Oración introductoria: Señor, me has hecho para ti, y mi corazón está inquieto hasta que descanse en ti. Quiero encontrarte más profundamente hoy para que puedas ser mi tesoro. Gracias por el regalo de este nuevo día. Se que me quieres. Deseo descubrir más profundamente tu amor y dárselo a los demás.

Petición: Señor, ayúdame a atesorar el don de tu amistad.

1. En busca de un tesoro: La inquietud de nuestro corazón se puede comparar con la búsqueda de un tesoro. De diferentes maneras, todos experimentamos el deseo del amor incondicional, la verdadera bondad, la respuesta a nuestras preguntas más profundas. En Cristo, Dios ha venido a darse a sí mismo por nosotros. Él es el que verdaderamente anhelamos; él es nuestro mayor tesoro. Durante este tiempo de oración, profundicemos nuestra conciencia de la grandeza de su don de amistad, y fortalezcamos esta amistad con nuestra apertura a su amor.

2. El tesoro invaluable: En Cristo, hemos experimentado la fidelidad abrumadora del amor de Dios por nosotros. En su misericordia, descubrimos que nuestra vida tiene un valor infinito a los ojos del Padre. En sus enseñanzas descubrimos la sabiduría para edificar nuestra vida sobre tierra firme. En su gracia, recibimos la fuerza para crecer en amor y santidad. Aquí es donde podemos construir un verdadero futuro. Aquí es donde podemos estar a la altura de nuestro llamado a la grandeza. Pero debemos estar dispuestos a dejar de lado todas las demás preocupaciones para poseer este tesoro. Debemos dejar de lado cualquier cosa que intente darnos una falsa sensación de seguridad fuera de Dios. ¿Estoy haciendo de mi amistad con Cristo el único valor que guía mi corazón y mis decisiones?

3. El cofre del tesoro sin abrir: Desempacar este tesoro es el trabajo de nuestra vida espiritual. Necesitamos cooperar con la gracia de Cristo para poseer verdaderamente este tesoro. El cultivo de la fe, la esperanza y la caridad nos ayuda a descubrir y vivir cada día más este tesoro. Nuestros sacrificios y renuncias hechos para revestirnos del hombre nuevo nos ayudan a desenterrar este tesoro del maquillaje terrenal de nuestras vidas. Vivir la caridad generosa nos ayuda a hacer verdaderamente perdurable este tesoro ya enriquecer nuestra vida. ¿Estoy permitiendo sinceramente que el tesoro de Cristo me transforme?

Conversación con Cristo: Señor, gracias por el don de tu amor. Eres el tesoro que realmente anhelo. Ayúdame a entrar más profundamente en tu corazón este día haciendo las cosas a tu manera sin importar el costo. Ayúdame a valorar el regalo de tu amistad por encima de todo lo demás.

Resolución: Haré un pequeño sacrificio de mi tiempo para hacer algo extra por alguien que necesita el amor de Dios.