- Decimosexto Domingo del Tiempo Ordinario
Luke 10: 38-42
Jesús entró en un pueblo donde una mujer que se llamaba Marta lo recibió. Tenía una hermana llamada María que se sentaba al lado del Señor a sus pies escuchándolo hablar. Marta, cargada de mucho servicio, se le acercó y le dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado solo para servir? Dile que me ayude". El Señor le respondió: "Marta, Marta, estás ansiosa y preocupada por muchas cosas. Sólo hay necesidad de una cosa. María ha escogido la mejor parte y no se la quitarán".
Oración introductoria: Señor, creo que eres mi Dios y mi todo. Tú me creaste y me hiciste para ser feliz contigo. Señor, en ti espero, porque confío en que no me desviarás. Te amo, Señor, porque eres el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre, sino por ti, Señor, y te amo por ser el mediador ante el Padre.
Petición: Señor, sé el centro, la norma y el ejemplo de mi vida.
1. “Estás ansioso por muchas cosas”: parece que las cosas se mueven más rápido todo el tiempo y que cada vez más cosas compiten por mi tiempo. Sirvo como chofer para el hogar, paso gran parte de mi tiempo acompañando a los niños a las actividades extracurriculares, y la gente a diestra y siniestra quiere hablar conmigo. Están pasando muchas cosas. Nuestra cultura casi exige que yo haga todas estas cosas. Es más, a veces parece que nadie entiende mi dilema. Estoy tratando de hacer lo correcto, estoy tratando de ser responsable y parece que nadie más lo es. Me identifico con Marta, Señor, en un mundo tan activo que a veces parece volar. Ayúdame a tomar las decisiones correctas y a cumplir tu voluntad.
2. “Hay necesidad de una sola cosa” - Amar a Cristo. Vive para él. A medida que avanza la vida y se acerca la eternidad, sólo queda el amor de Cristo. Todo lo demás se convierte en humo, niebla, nada. El amor de Cristo es el tesoro por el cual debo vender todo lo demás, incluso el egoísmo, el orgullo y la vanidad. Señor, eres todo lo que necesito. ¿Qué más importará cuando termine mi vida? ¿Quién más puede llenar mi alma de satisfacción y paz? ¿Quién más le da sentido a mi vida sino tú? Recuérdame esto, porque muchas veces es muy fácil para mí perder mi enfoque y dirección en el mundo. Me parece tan fácil poner otras cosas primero.
3. “Elige la mejor parte” - Señor, tus palabras a Martha tocan una cuerda en mi corazón. Puedo dejar que el ruido y las distracciones a mi alrededor me golpeen el corazón y me desvíen, pero todo lo que eso hará será generar más confusión e inquietud. Sin embargo, si te elijo a ti, qué gran confianza me traerá saber que no serás quitado de mí. Todos quieren ser felices. Todo el mundo quiere estar satisfecho. ¿Por qué debo engañarme buscando la felicidad en las cosas de este mundo cuando tú las suples, Señor? ¿Por qué debo conformarme con algo menos que la mejor parte que me quieres dar? ¿No debería estar emocionado de poder sentarme a tus pies y pasar tiempo contigo cuando quieras enseñarme lo que significa ser lo mejor que puedo ser? ser santo?
Conversación con Cristo: Señor, dame la confianza de saber que tú eres todo lo que necesito. No quiero distraerme con nada más. Quiero sentarme a tus pies. Quiero escuchar lo que quieras decirme. Tengo muchas ganas de aprender de ti.
Resolución: Después de la Misa haré una visita a Cristo en acción de gracias por haberlo recibido en la Eucaristía, y tomaré un momento para escuchar lo que tiene que decirme.