Daily Reflection

La humanidad en extrema necesidad

January 17, 2023 | Tuesday

Father Walter Schu, LC

  • Memoria de San Antonio, Abad
  • Mark 2:23-28

    Mientras Jesús pasaba por un campo de trigo en sábado, sus discípulos comenzaron a hacer un camino mientras recogían las espigas. Ante esto, los fariseos le dijeron: "Mira, ¿por qué están haciendo lo que es ilegal en el día de reposo?" Él les dijo: "¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad y él y sus compañeros pasaron hambre? ¿Cómo entró en la casa de Dios cuando Abiatar era sumo sacerdote y comió el pan de la ofrenda que solo los sacerdotes podían comer lícitamente y compartirlo con sus compañeros? Entonces les dijo: "El día de reposo fue hecho por causa del hombre, no el hombre por causa del día de reposo. Por eso el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo".

    Oración introductoria: Señor, ha llegado el momento más importante de mi día. Estoy a solas contigo para una charla de corazón a corazón. ¿Quién soy yo para que quieras pasar este tiempo conmigo? que deberías querer derramarte a mí? ¡Qué alegría, qué honor, qué gloria ser seguidor de un rey como tú!

    Petición: Señor, ayúdame a orar y servir a los que me persiguen ya ganarlos para el Evangelio por medio del amor, como tú lo hiciste.

    1. “Ilegal en sábado”: ¡Cuán extrema era la necesidad de la humanidad de un Salvador! Los judíos eran el pueblo escogido de Dios; habían recibido la propia revelación de Dios en el Antiguo Testamento. Los fariseos eran los líderes religiosos del pueblo judío. Sin embargo, enterraron la ley de Dios tan profundamente bajo capas de preceptos hechos por el hombre que a los hombres hambrientos no se les permitía recoger granos para comer en sábado. La ley se había convertido en un fin en sí misma y había prevalecido sobre las personas necesitadas. ¿Cómo podría la humanidad ser conducida con seguridad por el verdadero camino de la salvación sin enredarse irremediablemente en la espesura de los falsos rituales y los preceptos arbitrarios? El Hijo de Dios, Verbo eterno del Padre, se humilló a sí mismo para hacerse Hijo del hombre para traernos la plenitud de la verdad. Pero Cristo hizo mucho más que traernos la plenitud de la revelación de Dios. Él nos dio la fuerza, a través de su propia vida de gracia dentro de nosotros, para vivir esa verdad en nuestras vidas. ¿Estoy suficientemente conectado a esa fuente de gracia en mi vida?

    2. Buscando vencer a los enemigos: Si estuviéramos en el lugar de Cristo, ¿cuál habría sido nuestra reacción ante los fariseos? Quizás hubiésemos cedido a su imponente presencia. Quizá nos hubiéramos juntado de valor y desestimado su intransigencia sin siquiera dignarnos a responder. Cristo revela tanto su valentía como su bondad de corazón al tratar de conquistarlos. Cita las Escrituras en las que creen y cita 1 Samuel 21:1-6. David y sus hombres, huyendo de Saúl, comen el pan santo de la Presencia: doce panes colocados cada mañana sobre la mesa en el santuario, como homenaje al Señor de las doce tribus de Israel. Cuando se retiraban para hacer lugar a los nuevos, estos panes se reservaban para los sacerdotes levitas. Cristo busca revelar a los fariseos, de una manera que puedan aceptar, que se han desviado de la verdadera religión, en la que el amor a Dios y al prójimo tiene prioridad sobre el seguimiento de las reglas. Cristo resume la naturaleza de la verdadera religión y señala el error de los fariseos en una frase sublime: “El día de reposo fue hecho para el hombre, no el hombre para el día de reposo”. ¿Percibo como ligera la carga que Cristo me ha dado? Eso es lo que pretende y promete. Si no lo hago, ¿por qué no?

    3. Señor del sábado: Cristo no se detiene en revelar la naturaleza y el propósito de la verdadera religión. Él hace una proclamación audaz, una que debe haber asombrado a los fariseos, y tal vez incluso abrió los ojos de sus propios discípulos: “El Hijo del Hombre es señor aun del día de reposo”. Cristo declara en términos inequívocos que su autoridad es igual a la del mismo Dios, que instituyó el sábado en los albores de la creación del hombre. Cristo quiere de los fariseos nada menos que un acto de fe en su propia persona divina. Su corazón anhela salvarlos. Cristo anhela llevar a la salvación a todos los que encuentra, incluidos sus enemigos. ¿Me lleva mi propio celo por las almas a reflejar algo del valor y el amor de Cristo cuando me enfrento a la oposición? ¿Deseo y busco el bien de todos independientemente de su actitud hacia mí?

    Conversación con Cristo: Gracias, Señor, por hacerte hombre para salvarnos en nuestra extrema necesidad de ti. Gracias por amar incluso a tus enemigos y buscar ganártelos para tu nueva vida. Ayúdame a amar más como lo hiciste tú. Ayúdame a darme cuenta del valor de una sola alma.

    Resolución: Oraré y haré sacrificios por alguien que me persigue a mí oa la Iglesia. Olvidándome de mí mismo, buscaré formas de llevarlos a experimentar el amor de Cristo.

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