Daily Reflection

¿Por qué tan triste?

November 26, 2019 | Tuesday

Father Edward McIlmail, LC

  • Martes de la trigésima cuarta semana del tiempo ordinario
  • Luke 21:5-11

    Mientras algunas personas hablaban acerca de cómo el Templo estaba adornado con piedras costosas y ofrendas votivas, Jesús dijo: "Todo lo que ves aquí, llegarán los días en que no quedará una piedra sobre otra piedra que no sea arrojada ". Luego le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo sucederá esto? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas estén por suceder?" Él respondió: "Mira que no te engañen, porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo:" Yo soy él "y" Ha llegado el momento ". ¡No los sigas! Cuando escuches sobre guerras e insurrecciones, no te asustes, porque tales cosas deben suceder primero, pero no será el final de inmediato ". Luego les dijo: "Se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá poderosos terremotos, hambrunas y plagas de un lugar a otro; y asombrosas vistas y poderosas señales vendrán del cielo".

    Oración introductoria: Señor Jesús, gracias por este tiempo especial que tengo contigo. Es uno de los pocos momentos tranquilos del día. Su presencia me asegura que no tengo que soportar las pruebas del día solo. Eres mi fuerza y mi paz. Deseo permanecer en tu amor.

    Petición: Jesús, ayúdame a seguir esperando a pesar de las crisis en mi vida.

    1. Templo de la fatalidad: Para los judíos, el Templo de Jerusalén era el centro de la vida religiosa y cultural. Contenía el Lugar Santísimo, el santuario que una vez albergó el Arca de la Alianza. La gente estaba orgullosa del Templo, pero Jesús les advierte que llegará el día en que será destruido (como lo fue, en el año 70 DC). Sin embargo, el fin del Templo no será el fin de la religión. Jesús mismo permanecerá con nosotros, como lo hace hasta el día de hoy, en la Eucaristía. Del mismo modo, no importa qué más fallezca (nuestra casa, nuestra oficina, nuestra escuela), Cristo permanece. ¿Esa creencia me llena de confianza?

    2. No te dejes engañar: Jesús no responde directamente la pregunta sobre cuándo será destruido el Templo. Más bien, intenta que sus oyentes se concentren en lo que es importante: su fe. Nuestro Señor les advierte que no escuchen a las personas equivocadas. Durante un día normal, ¿a quién escuchamos? ¿De quién son las voces en nuestras radios, en nuestros televisores? ¿Quién tiene nuestra oreja día a día? ¿Presentadores de programas de entrevistas mundanos? ¿Los "expertos instantáneos" de los medios de comunicación? Estrellas de Hollywood? Jesús nos advierte que las personas que escuchamos pueden afectar la calidad de nuestras vidas y la calidad de nuestra eternidad. ¿Juzgo cuidadosamente, entonces, las voces que escucho?

    3. No se aterrorice: ataques terroristas, guerras, abortos, eutanasia, desastres naturales. ¿Es el mundo un lugar más agradable hoy que en los tiempos de Jesús? Nuestro Señor no era ajeno a las malas noticias. Sabía acerca de la torre en Siloam que mató a 18 personas (véase Lucas 13: 4), y sabía lo que le esperaba el Viernes Santo. Sin embargo, siempre mantuvo la esperanza y alentó a los mejores de la gente. Como sus seguidores, nosotros también debemos ser testigos de la esperanza. Necesitamos alegrar la vida de quienes nos rodean. Más importante aún, debemos recordar a los demás que Dios ganará al final. "El bien, no el mal, tiene la última palabra", dijo el Papa San Juan Pablo II a la audiencia general del 17 de octubre de 2001, "Dios triunfa sobre los poderes hostiles, incluso cuando parecen grandes e invencibles".

    Conversación con Cristo: ¡ Señor, sé en mi mente que al final ganarás si solo mi corazón creyera eso también! Concédeme esta gracia. Concede que mi vida mostrará ese tipo de optimismo en todo momento.

    Resolución: Haré un pequeño sacrificio u ofreceré una oración especial por alguien que sufre hoy.

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