Daily Reflection

Dios desea atraernos a sí mismo

October 31, 2019 | Thursday

Father Paul Campbell, LC

  • Jueves de la trigésima semana del tiempo ordinario
  • Luke 13:31-35

    A esa hora llegaron unos fariseos y le dijeron: "Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte". Él les dijo: "Ve y dile a ese zorro por mí: 'Escucha, estoy echando demonios y realizando curas hoy y mañana, y al tercer día termino mi trabajo. Sin embargo, hoy, mañana y al día siguiente debo sigue mi camino, porque es imposible que un profeta sea asesinado fuera de Jerusalén '. ¡Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡Cuántas veces he deseado juntar a tus hijos como la gallina junta a su prole bajo sus alas, y no estabas dispuesto! Mira, tu casa está dejado a ti. Y te digo que no me verás hasta que llegue el momento en que digas: "Bienaventurado el que viene en el nombre del Señor".

    Oración introductoria: Señor, creo en ti con una fe que nunca busca ponerte a prueba. Confío en ti, con la esperanza de aprender a aceptar y seguir tu voluntad, incluso cuando no tiene sentido la forma en que veo las cosas. Que mi amor por ti y los que me rodean sea similar al amor que me has mostrado.

    Petición: Señor, quiero convencerme de tu amor personal por mí.

    1. Perseverando en la Misión: Jesús encuentra oposición en su viaje a Jerusalén. Los fariseos vienen a advertirle de Herodes. Jesús no se inmuta. Él sabe que la voluntad del Padre es que él vaya a Jerusalén y rinda su vida en la cruz. Él no se esconde o busca escapar de la voluntad de su Padre. Él sabe que la cruz está delante de él, pero también sabe que la muerte y la cruz no son el final. Más allá de la muerte está la Resurrección: “Al tercer día, termino mi trabajo”. El ejemplo de Cristo debería darnos la confianza para avanzar frente a nuestras dificultades y luchas. Deberíamos recurrir a él porque sabe perseverar en la misión. Y dado que quiere participar en nuestra vida, nos acompañará en nuestro viaje. Él siempre está con nosotros, listo para darnos la ayuda de su gracia y la fuerza de su mano.

    2. Un corazón abierto a los demás: Jesús lloró por Jerusalén. Su corazón no estaba cerrado a los demás. No estaba absorto en sí mismo ni en sus problemas. Ofreció libremente su vida por los demás. Otros lo rechazaron, pero él nunca los rechazó. No estaba amargado con aquellos que lo harían sufrir. Amaba, y nunca deja de amar. Como una gallina reúne a sus crías bajo sus alas, Dios anhela atraer a todos los hombres y mujeres a sí mismo. Necesitamos dejar que Dios nos atraiga hacia sí mismo.

    3. Ore por aquellos que lo persiguen: Jesús nos da un ejemplo a seguir. Nuestros corazones no deberían estar cerrados. Necesitamos estar abiertos a las necesidades de quienes nos rodean, incluso de aquellos que pueden atacar a la Iglesia y perseguirnos. Jesús amaba a sus enemigos. Rezó por los que lo persiguieron. Él bendijo a los que lo maldijeron. Solo buscaba su bien, y se sacrificó por ellos. Nos muestra la forma de vivir una vida auténticamente cristiana. Para ser fieles a él, tenemos que llegar en amor incluso a aquellas personas que no piensan y actúan como nosotros.

    Conversación con Cristo: Señor, ayúdame a seguir tus inspiraciones siempre. A menudo hay algo bueno que quiero hacer, pero dudo y tengo inconvenientes. Ayúdame a seguir dando, incluso cuando estoy cansado y agotado. Enséñame que siempre estás conmigo y que nunca estoy solo.

    Resolución: estaré abierto a lo que pueda necesitar un familiar o colega en el trabajo, y buscaré ofrecer mi ayuda.

    © 2024. EPRIEST, Inc. All rights reserved.

At ePriest, we are dedicated to supporting Catholic priests as they serve their people and build up the Church.

We invite you to explore our resources to help your own ministry flourish!

Sign Up Now