Daily Reflection

Preparación espiritual

October 22, 2019 | Tuesday

Father Steven Reilly, LC

  • Martes de la vigésima novena semana del tiempo ordinario
  • Luke 12:35-38

    Jesús dijo a sus discípulos: "Ciñe tus lomos y enciende tus lámparas y sé como sirvientes que esperan el regreso de su amo de una boda, listos para abrir de inmediato cuando él venga y toque. Benditos sean aquellos sirvientes que el maestro encuentra vigilante a su llegada. Amén, te digo que se ceñirá a sí mismo, hará que se recuesten en la mesa y proceda a esperarlos. Y si entra en la segunda o tercera vigilia y los encuentra preparados de esta manera, benditos sean esos sirvientes ".

    Oración introductoria: Señor, observa cada una de mis acciones, conoce cada uno de mis pensamientos y guía cada uno de mis caminos. Amo y confío en tu voluntad. Gracias por este tiempo de oración. De ella puedo recibir la energía espiritual que necesito para mantener mis ojos firmemente plantados en ti hoy y estar seguro de que siempre estás a mi lado.

    Petición: Señor, ayúdame a estar siempre alerta a las necesidades de los demás.

    1. Mira y reza: Ser ciego no es divertido. Esas sorpresas inesperadas son particularmente molestas cuando sentimos que alguien debería habernos advertido. "Por favor, asegúrese de contarme sobre esto la próxima vez" es un refrán familiar. Cuando se trata de las preguntas sobre el más allá, si estamos ciegos, no tendremos a nadie a quien culpar sino a nosotros mismos. Cristo nos ha dado más que una advertencia adecuada. Ni la muerte ni su venida en gloria para juzgar a la humanidad deberían tomarnos desprevenidos. La clave para la preparación radica en su advertencia a sus discípulos: "Vigilar y orar" (Mateo 26:41).

    2. Amo o siervo: imagina la alegría de Jesús al recibir a uno de sus "buenos y fieles siervos" en el cielo. Dijo que nos sentará y nos servirá la cena. Esa hermosa imagen nos recuerda que el arduo trabajo de ser fiel no le faltará su recompensa. Más que nada, señala la gratitud de Jesús: el Maestro se convierte en el sirviente de sus fieles discípulos. Después de todo lo que el Señor ha hecho por nosotros, ¿qué más preferiríamos hacer que darle a Cristo el gozo de nuestra fidelidad?

    3. El largo recorrido: Jesús habla sobre el dueño de la casa, posiblemente llegando a la "segunda o tercera vigilia de la noche". Ser fiel no es una aventura o un destello en la sartén. Sabemos que habrá "altibajos", momentos de dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás. A pesar de todo, estamos llamados a perseverar. Ir a la distancia no es fácil, ¡pero qué hermoso es! El Papa San Juan Pablo II nos dio un ejemplo indeleble de perseverancia. Cuando escuchamos que había fallecido, todos sentimos tristeza hasta que consideramos la alegría de imaginar el abrazo entre él y el Señor que tanto amaba. Que nuestro ejemplo dé testimonio de nuestro deseo de perseverar: mantener el compromiso de fidelidad hasta que el Señor nos llame a casa.

    Conversación con Cristo: Ya sea que la vida sea larga o corta, Señor, tengo que estar preparado para lo que sea que traiga tu providencia. Quiero perseverar, pero a menudo mi amor se ve socavado por mis miedos y fragilidad. Dame la fuerza que necesito.

    Resolución: Revisaré las opciones de mi vida para asegurarme de que persevere en todo lo que le prometí a Cristo.

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