Daily Reflection

Trabajando para dios

August 21, 2019 | Wednesday

Father José LaBoy, LC

  • Memorial de San Pío X, Papa
  • Matthew 20: 1-16

    Jesús les contó a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los Cielos es como un terrateniente que salió al amanecer para contratar trabajadores para su viña. Después de acordar con ellos el salario diario habitual, los envió a su viña. 'reloj, vio a otros que estaban inactivos en el mercado, y les dijo:' Ustedes también entren a mi viñedo y les daré lo que es justo '. Así que se marcharon. Y salió de nuevo alrededor del mediodía, alrededor de las tres en punto, e hizo lo mismo. Saliendo alrededor de las cinco en punto, encontró a otros parados y les dijo: '¿Por qué están parados aquí inactivos? ¿todo el dia?' Ellos respondieron: 'Porque nadie nos ha contratado'. Él les dijo: "Ustedes también vayan a mi viñedo". Cuando era de noche, el dueño de la viña le dijo a su capataz: "Convoca a los trabajadores y dales su paga, comenzando con el último y terminando con el primero". Cuando llegaron los que habían comenzado alrededor de las cinco en punto, cada uno recibió el salario diario habitual. Entonces, cuando llegó el primero, pensaron que recibirían más, pero cada uno de ellos también recibió el salario habitual. Y al recibirlo se quejaron en contra el terrateniente, diciendo: "Estos últimos trabajaron solo una hora, y ustedes los han igualado a nosotros, que soportamos la carga del día y el calor". Él le dijo a uno de ellos en respuesta: "Mi amigo, no te estoy engañando. ¿No estabas de acuerdo conmigo en el salario diario habitual? Toma lo que es tuyo y vete. ¿Qué pasa si deseo darle a este último lo mismo que ¿O no soy libre de hacer lo que quiera con mi propio dinero? ¿Tienes envidia porque soy generoso? Por lo tanto, el último será el primero y el primero será el último ".

    Oración introductoria: Querido Jesús, creo en ti porque has revelado tu plan de amor a la Iglesia. Espero en ti porque estás más interesado en mi felicidad y salvación que yo. Te amo porque me has amado sin que yo merezca tu amor.

    Petición: Señor, ayúdame a apreciar y agradecer tu gracia.

    1. Siempre hay una oportunidad: una de las peores experiencias es aceptar que has perdido la última oportunidad de hacer algo que siempre has querido hacer. Esto puede ocurrir en cualquier situación humana: oportunidades de trabajo, aceptaciones universitarias, etc. En la vida espiritual, por otro lado, siempre existe la oportunidad de vivir solo para Dios, la oportunidad de ser redimido. Siempre existe la posibilidad de comenzar de nuevo. ¿Por qué es esto? Es porque Dios nos ha concedido nuestro tiempo en la tierra para caminar hacia él. Por lo tanto, incluso si caemos, él continúa dándonos la fuerza para levantarnos. Por eso es tan necesario el sacramento de la reconciliación. Cuando perdemos la gracia, nuestra fuerza espiritual, podemos recuperarla en los sacramentos, especialmente en la confesión.

    2. Esperando más de lo que mereces: Considerado desde un punto de vista meramente humano, la situación de este Evangelio es injusta. Quien trabaja más debe recibir más que los que trabajan menos. Tendemos a olvidar, sin embargo, que en términos de lo espiritual, todo es un regalo. No hay nada en nuestra naturaleza que pueda exigir gracia. Las demandas de nuestra fe no son "favores" que hacemos para Dios, sino obligaciones existenciales. Es por eso que Cristo nos recuerda: “Cuando hayas hecho todo lo que se te ha mandado, di: 'Somos servidores no rentables; hemos hecho lo que estábamos obligados a hacer '”(Lucas 17:10).

    3. La generosidad de Dios: la generosidad de Dios es una manifestación de su amor por nosotros. Él conoce a cada persona íntima y personalmente. Él sabe que las necesidades de algunos son mayores que las de otros. Pensar que Dios ama a algunas personas más que a otras es una injusticia para Dios. Le debemos amor y respeto a los demás porque todos somos personas humanas con la misma dignidad. Le debemos adoración y amor a Dios porque él es nuestro Padre creador y providente. Pero Dios no le debe nada a sus criaturas. Todo lo que nos da es gratuito y fruto de su infinito amor. Es demasiado fácil tratar a Dios humanamente, olvidando que él es Dios. El regalo más hermoso que nos da es su gracia.

    Conversación con Cristo: Querido Señor, a veces veo las cosas desde un punto de vista muy humano y egoísta. A veces me enojo porque otros pueden tener más que yo. Ayúdame a comprender que lo más importante para ser verdaderamente feliz en mi vida es ser consciente de la necesidad que tengo de tu gracia.

    Resolución: Le agradeceré a Cristo por su gracia y amor y trataré de imitarlo siendo generoso con los demás.

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