Daily Reflection

¿Misión imposible?

August 7, 2018 | Tuesday
  • Memorial de San Juan Vianney, Sacerdote
  • Matthew 14: 22-36

    Jesús hizo que los discípulos subieran al bote y lo precedieran al otro lado, mientras él despedía a la multitud. Después de hacerlo, subió a la montaña solo para orar. Cuando era tarde él estaba allí solo. Mientras tanto, el bote, que ya se encontraba a pocas millas de la costa, estaba siendo sacudido por las olas, porque el viento estaba en contra. Durante la cuarta vigilia de la noche, vino hacia ellos, caminando sobre el mar. Cuando los discípulos lo vieron caminar sobre el mar, se aterrorizaron. "Es un fantasma", dijeron, y gritaron de miedo. De inmediato, Jesús les dijo: "Ten valor, soy yo, no tengas miedo". Pedro le respondió: "Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti en el agua". Él dijo: "Ven". Peter salió del bote y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús. Pero cuando vio cuán fuerte era el viento, se asustó; y, comenzando a hundirse, gritó: "¡Señor, sálvame!" Inmediatamente Jesús extendió su mano y lo atrapó, y le dijo: "Oh, de poca fe, ¿por qué dudaste?" Después de que subieron al bote, el viento se calmó. Los que estaban en el barco lo homenajearon, diciendo: "Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios". Después de cruzar, llegaron a Gennesaret. Cuando los hombres de ese lugar lo reconocieron, enviaron un mensaje a todo el país circundante. La gente le traía a todos los enfermos y le suplicaban que solo tocasen la borla de su manto, y todos los que la tocaban fueron sanados.

    Oración introductoria: Señor Jesús, creo que quieres que tenga fe en ti, fe que escucha tus palabras sin dudas. Espero en sus palabras, no confiar únicamente en mi fuerza o razonamiento. te quiero. Continúas asombrándome mostrándome que tus caminos no son mis caminos.

    Petición: Señor, que mi oración me lleve a salir de mi zona de confort hoy.

    1. Soledad y oración: Jesús despidió a las multitudes y subió a la montaña solo para orar. Estaba dispuesto a dejar la comodidad de la compañía de los demás para estar a solas con Dios. Estar en silencio sin otros puede conducir brevemente a cierta soledad y vacío interior. Podemos sentir el impulso de buscar a otros, cualquier cosa, para anestesiarnos del dolor de estar solos. Si este es el caso, debemos perseverar en la oración. Este sufrimiento del silencio puede convertirse en alegría y paz. Pero debemos permanecer con Dios y aprender a disfrutar su presencia en oración silenciosa.

    2. Miedo a la oración: "Ten valor, soy yo, no tengas miedo". Pedro le respondió: "Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti en el agua". A veces, nuestro miedo a la oración silenciosa puede ser más fuerte que el temor de Pedro sobre Jesús en el agua. Estamos tan acostumbrados a la compañía de otros, a mantenernos ocupados, a ser necesitados, a "zonificar", que tememos renunciar a estas comodidades incluso durante un corto tiempo de oración. Debemos estar dispuestos a renunciar a estas comodidades comunes, al menos temporalmente, si aprendemos a orar. Debemos vaciarnos para ser llenos por Cristo, para confiar y confiar en su fortaleza.

    3. Una resolución firme: "Después de que subieron al bote, el viento se calmó". Una vez que "entramos en el bote", es decir, una vez que decidimos abrazar la oración silenciosa y enfocada, nuestros temores desaparecen como el viento. Tenemos que tomar una decisión firme para sumergirnos con fuerza en nuestra oración, superando la inercia de cada banda, si deseamos experimentar la libertad, la paz y la alegría de la oración verdadera. Pídale al Señor esa gracia y sea generoso al comenzar.

    Conversación con Cristo: Señor, conoces la lentitud que experimento cuando me puse a orar. Ya sabes cómo estoy tentado de posponerlo y simplemente hacer otra cosa. Dame la fe y el valor para lanzarme a las profundidades, para comenzar a orar con todo mi corazón.

    Resolución: Tomaré la determinación firme de orar intensamente hoy.

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