Daily Reflection

Red poderosa

August 3, 2023 | Thursday
  • Jueves de la decimoséptima semana del tiempo ordinario
  • Matthew 13: 47-53

    Jesús dijo a sus discípulos: "El reino de los cielos es como una red echada en el mar, que recoge toda clase de peces. Cuando está llena, la sacan a tierra y se sientan a echar lo bueno en baldes. Lo malo, lo sacan a la orilla. tirar. Así será al fin del siglo. Saldrán los ángeles y separarán a los malos de los justos, y los echarán en el horno de fuego, donde será el lloro y el crujir de dientes. ¿Entendéis todo esto? cosas?" Ellos respondieron: "Sí." Y él respondió: "Entonces todo escriba que ha sido instruido en el reino de los cielos es como un cabeza de familia que saca de su almacén tanto lo nuevo como lo viejo". Cuando Jesús terminó estas parábolas, se fue de allí.

    Oración introductoria: Señor, creo en tu poder. Sé que eres el Señor de toda la historia. Confío en que estás guiando mi vida. Gracias por demostrarme que triunfarás. Gracias por el triunfo que ya has logrado en mi corazón y en el corazón de tanta gente. Quiero permitirte tener control total sobre mi vida.

    Petición: Señor, ayúdame a tener confianza en el triunfo de tu Reino.

    1. Nada escapa al Reino: Cristo nos está recordando que todas las almas y toda la historia humana están comprendidas en la visión del Padre. Tanto el bien como el mal serán presentados ante él. Puede ver lo bueno y lo malo que se ha hecho. Su poder se extiende sobre todos los fracasos y éxitos de la historia humana. Debo vivir con la confianza de que Dios ve el bien que hago y hará que mis esfuerzos por difundir su amor den frutos eternos.

    2. El mal no tiene la última palabra: Debo vivir con la confianza de que el mal no tiene la última palabra. La misericordia de Dios ha puesto un límite al mal, y el Señor vendrá un día para quitar el poder del mal. Debo usar mi corto tiempo en la tierra, que debo usar hoy, para sembrar todo el bien que pueda, consciente de que esto es lo que permanecerá firme en la venida del reino eterno. No debería estar tan impresionado por el mal que me paralice de hacer el bien.

    3. Ya en Casa: La Eucaristía es anticipación del triunfo de Dios. Allí aprendemos a confiar en que Dios maneja los hilos de la historia humana. Allí su “red de amor” reúne a sus hijos para alimentarlos y fortalecerlos. Cuando participo en la Misa, debe crecer mi confianza en la providencia del Señor. Debo esforzarme por traer a otros a la Eucaristía también, para que puedan experimentar la paz y la felicidad de anticipar el cielo aquí en la tierra.

    Conversación con Cristo: Señor, sé que eres todopoderoso. Yo creo que tu Reino triunfará. Creo que vendrás a juzgar a vivos y muertos. Ayúdame a hacer todo lo que pueda para traer a otros a tu Reino para que puedan experimentar el gozo que proviene de conocerte y de vivir listo para la venida de tu Reino.

    Resolución: Invitaré a alguien que esté luchando con su fe o que se haya apartado de los sacramentos a unirse a mí este domingo en la Misa.

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