- Jueves de la decimoquinta semana del tiempo ordinario
Matthew 11: 28-30
Jesús dijo: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vosotros mismos". .Porque mi yugo es suave y mi carga ligera".
Oración introductoria: Dios todopoderoso y eterno, busco nuevas fuerzas en el valor de Cristo, nuestro pastor. Creo en ti, espero en ti y busco amarte con todo mi corazón, alma, mente y fuerzas. Quiero ser guiado un día para unirme a los santos en el cielo, donde tu Hijo Jesucristo vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios por los siglos de los siglos.
Petición: Señor Jesús, manso y humilde de corazón, ayúdame a tomar tu yugo.
1. Venid a mí: Si luchas a diario para hacer lo que es moralmente correcto, incluso cuando los que te rodean toman atajos, entonces ven a Jesús. Si la vida de placer egoísta y ganancias ilícitas te parece sumamente atractiva, entonces ven a Jesús. Si estás agobiado por tus patrones de pecado y debilidades de carácter que afectan tu vocación de esposo, padre, amigo, alma consagrada, cristiano…, entonces ven a Jesús. Si la vida parece injusta y Dios parece distante en el mejor de los casos, entonces ven a Jesús. Él nos llama no a un conjunto de principios e ideales nobles, sino a su propia persona. No seguimos las reglas por las reglas; seguimos a Jesús. Solo cuando nos acerquemos a él por primera vez comprenderemos la necesidad de reglas que ayuden a proteger la dignidad de esta relación.
2. Aprended de mí: San Pablo exhorta a los gálatas a vivir en la libertad de Cristo: "Para la libertad, Cristo nos ha hecho libres. Estad, pues, firmes, y no os sometáis otra vez al yugo de la esclavitud" (Gálatas 5: 1). Sin embargo, en su carta a los Efesios, San Pablo nos invita a ser "esclavos de Cristo, haciendo de corazón la voluntad de Dios" (6, 5). Ser esclavo significa que me someto a la voluntad de otro o estoy subordinado (sin quererlo) a alguien más fuerte que yo de alguna manera. Quien es esclavo de la pasión, la vanidad, el egoísmo o cualquier otro vicio, está sujeto a ese vicio como algo más poderoso que uno mismo. Pero Jesús nos llama amigos y no esclavos (cf. Juan 15,14-15). Así que ser "esclavo" de Cristo significa confiarle mi vida libremente con la intención de seguirlo a donde él me lleve. La experiencia demuestra que él siempre nos guía por el camino que conduce a nuestra felicidad y realización, incluso cuando implica la cruz.
3. Descanso para vosotros mismos: Estas palabras significan “descanso”, no en el sentido de cese del trabajo y la lucha, sino en el sentido de paz del alma, gozo y felicidad profunda. Este es el descanso que todos anhelamos, el descanso que un día será ininterrumpido en la dicha del cielo. Cada uno de nosotros hemos conocido a personas que experimentan esta paz y alegría a pesar de sus circunstancias. Note que Jesús no promete quitar las cargas, las pruebas, los sufrimientos. Pero si tomamos sobre nosotros su yugo, si nos sometemos a su designio, a su voluntad, a su amor, él garantiza la alegría. Si nunca lo ha experimentado, entonces comience hoy; dale lo que sabes en tu corazón que te está pidiendo. Aunque al principio pueda doler, como todo yugo, este trae la ligereza de la paz y la tranquilidad de la alegría.
Conversación con Cristo: Bendito Señor, me conduces hacia la paz eterna si te sigo, pero el seguimiento no siempre parece sencillo. Dame las mismas cosas que me pides: fe, generosidad, coraje, confianza, amor. Con estos dones y tu gracia tendré las fuerzas necesarias para el camino.
Resolución: Hoy rezaré una década más del rosario por las personas más alejadas de Jesús.