Daily Reflection

Dejando que Jesús duerma

July 2, 2019 | Tuesday
  • Martes de la decimotercera semana en tiempo ordinario
  • Matthew 8:23-27

    Cuando Jesús subió a la barca, sus discípulos lo siguieron. Una tormenta de viento surgió en el mar, tan grande que el barco estaba siendo inundado por las olas; pero él estaba dormido. Y ellos fueron y lo despertaron diciendo: "¡Señor, sálvanos! ¡Estamos pereciendo!" Y él les dijo: "¿Por qué temen ustedes, de poca fe?" Entonces se levantó y reprendió a los vientos y al mar; Y había una calma muerta. Se asombraron, diciendo: "¿Qué clase de hombre es este, que incluso los vientos y el mar le obedecen?"

    Oración introductoria: Señor, vengo a ti en esta meditación, listo para hacer lo que sea que me pidas. Dejándome solo, a menudo tomo el camino fácil y conveniente, pero sé que el camino de un cristiano es a través de la puerta estrecha. En ti, encuentro la razón para abandonar el camino fácil para una misión más perfecta de amor. Estoy listo para aprender el significado de tu orden: "Sígueme".

    Petición: Señor, concédeme la gracia de una fe madura.

    1. El silencio de Dios, la fe del hombre: Podemos imaginarnos a nosotros mismos en el lugar de los apóstoles, en esta pobre barca lanzada por las olas turbulentas. La situación instantáneamente habla de nuestros peores temores; sin embargo, Jesús duerme. Nuestra tentación es despertarlo ... y demasiadas almas lo hacen a través de quejarse incesantemente, de actitudes desesperadas, de retirarse de la oración o de descargar la ira de los demás. Cuando en un momento de prueba nos encontramos con que la vida ya no está bajo nuestro control completo, la opción de fusión está siempre disponible. Pero no debemos tomar esa ruta; en cambio, debemos contemplar el poder que emana del Cristo durmiente. Dios pretende que las pruebas nos atraigan más cerca de él y aumenten nuestra dependencia de él. Tenemos que vivir de la fe; De lo contrario, todo lo que reina es el miedo, la inseguridad y la amargura. El "silencio de cristo" es poderoso. Pasar a la ligera su significado es abandonar algunas de las lecciones más profundas del corazón de Cristo. El "silencio de cristo" debe enseñarnos.

    2. El "silencio de Cristo" habla a nuestra fe: ¿Cómo es el sueño de Cristo? Como madre joven, María vio a Jesús dormir muchas veces. El arzobispo Martínez escribe:

    “Jesús fue sumamente hermoso cuando habló las palabras de la vida eterna, realizó maravillas, miró con amor, perdonó con misericordia y acarició con ternura. Pero me hubiera gustado verlo mientras dormía porque podría haberlo contemplado hasta el fondo de mi corazón, sin que la fascinación de su mirada me distrajera, sin la perfección de su belleza y la gloria de su esplendor que deslumbrara mis ojos y cautivara mis ojos. alma. La belleza de Jesús despierto es demasiado grande para mi pequeñez. ¿Quién podría apoyarlo? Lo sentí más adecuado para mí, velado por el sueño, ya que la gloria del sol se adapta más a mis ojos cuando lo miro a través de una lente translúcida "( When Jesus Sleeps , p.15).

    Que pueda confiar en el poder de Cristo tanto cuando él elige no actuar como cuando lo hace.

    3. La eterna pedagogía de Dios: el agua, un barco, los apóstoles y Cristo ... esta escena se repite una y otra vez en el Evangelio. El agua es un símbolo de las experiencias de vida tomadas a nivel humano; El barco es la experiencia de la fe en un nivel sobrenatural, es nuestra vida con Cristo. El mensaje de Cristo es que nunca podemos dejar que nuestras experiencias de vida superen nuestra experiencia de fe. No debemos vivir desde el nivel superficial de impresiones del momento, sino desde el profundo canal de fe que revela la acción de Dios, la sabiduría de su Providencia y el destino final de la eternidad. La fe es lo que revela la presencia de Cristo en nuestro barco; La fe es lo que nos hace creer que cada ola y ráfaga de viento son invitaciones benditas para confiar en Aquel que gobierna todo. La fe es lo que le permite a Dios consolar nuestros corazones, calmar nuestros miedos y preservar nuestra alegría en medio de problemas y dificultades que pueden tardar meses o años en seguir su curso.

    Conversación con Cristo: Señor, sé que la creencia me hace vulnerable. Pero sé que no conoceré tu amor si no creo que puedas hacerme más feliz de lo que puedo estar sola. Si no enfrento a los enemigos de mi alma y mi misión y me abandono a tu gracia, no sabré tu victoria.

    Resolución: Hoy tomaré un problema y, con total confianza en él, lo dejaré totalmente en las manos de Dios.

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