Daily Reflection

La verdad en el nuevo pacto

June 14, 2025 | Saturday
  • Sábado de la Décima Semana del Tiempo Ordinario
  • Matthew 5:33-37

    2 Corintios 5:14-21

    Salmo 103:1-2, 3-4, 9-10, 11-12

    Mateo 5:33-37

    Jesús dijo a sus discípulos:

    “Habéis oído que se dijo a vuestros antepasados:

    No hagas juramento en falso,

    pero cumple al Señor todos tus votos.

    Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera;

    no por el cielo, porque es el trono de Dios;

    ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies;

    ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.

    No jures por tu cabeza,

    porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello.

    Que tu «Sí» signifique «Sí» y tu «No» signifique «No».

    Todo lo demás proviene del Maligno”.

    Oración inicial: Señor Dios, ayúdame a escuchar tu voz en medio del ruido del mundo. Quiero responder con generosidad a tu llamado. Necesito discernir con sabiduría qué debo dejar atrás para seguir a tu Hijo. Concédeme un corazón sabio y perspicaz para vivir en tu amor y llevar a otros a disfrutar de la vida contigo.

    Encuentro con la Palabra de Dios

    1. La verdad en el Nuevo Pacto: En el Sermón del Monte, Jesús menciona varias leyes de Moisés que hablan sobre hacer falsos juramentos y cumplir nuestros votos. En particular, menciona Levítico 19:12, Números 30:2 y Deuteronomio 23:21. Este es el cuarto ejemplo de cumplimiento. El primero fue el cumplimiento de la prohibición del asesinato en el amor fraternal. El segundo fue el cumplimiento de la prohibición del adulterio en el amor conyugal. El tercero anuló la concesión de Moisés que permitía y regulaba la práctica del divorcio. El cuarto ejemplo es el cumplimiento de la prohibición de los falsos juramentos en el habla veraz. El Nuevo Pacto, entonces, se caracteriza por el amor fraternal, el amor conyugal, el amor fiel y el amor verdadero.

    2. ¿Qué juramentos están prohibidos? La Biblia de Estudio Católica de Ignacio aclara qué juramentos prohíbe Jesús y cuáles podemos hacer. Jesús prohíbe jurar para fines privados. Sin embargo, los juramentos son importantes en el sector público para el bien de la sociedad. Jueces, médicos, soldados, políticos y otros profesionales prestan juramentos para el servicio público. También se juran para hacer o renovar pactos (véase Hebreos 6:13-18). En todo contexto, se invoca el santo nombre de Dios para brindar asistencia divina (bendición) a los justos y castigo divino (maldición) a quienes violan sus juramentos. En la época de Jesús, la práctica de jurar era algo mal manejado; la gente hacía juramentos privados para beneficio propio. Al invocar algo distinto del nombre de Dios (cielo/tierra/Jerusalén; 5:34-45), los juramentos se tomaban a la ligera o incluso se ignoraban (Mateo 23:16-22). Jesús denuncia esto, enseñando que la veracidad y la integridad deben regir la vida privada. Biblia de estudio católica , 1734-35).

    3. Debates morales actuales sobre la mentira: Cuando el Catecismo de la Iglesia Católica se publicó por primera vez en francés en 1994, definió la mentira de la siguiente manera: «Mentir es decir u obrar contra la verdad para inducir a error a quien tiene derecho a conocerla» ( CIC , 2483, edición de 1994). Este fue un intento de ajustar y refinar la definición de mentira y limitarla a la luz de siglos de debate sobre qué es y qué no es una mentira. Los teólogos morales estaban preocupados de que si todo engaño es intrínsecamente malo, entonces ser un espía o un detective encubierto, jugar a juegos de cartas que incluyen faroles, fingir un remate en los deportes o engañar a alguien para prepararle una fiesta sorpresa, serían todos intrínsecamente malos. Sin embargo, al final, la definición que se incorporó a la edición latina del Catecismo fue: «Mentir es decir o actuar contra la verdad para inducir a error» (CIC, 2483). No incluía la definición más estricta. Por lo tanto, el debate permanece abierto. Una posible solución es distinguir el engaño de la mentira, así como distinguimos matar del asesinato. La propuesta es que, así como matar no es intrínsecamente malo, pero asesinar sí lo es, tampoco el engaño es intrínsecamente malo, pero mentir sí. Mentir añadiría algo al engaño, y aún queda por aclarar qué es exactamente este añadido. De ahí el debate actual. Lo que queda claro del Evangelio de hoy es que bajo ninguna circunstancia debemos hacer falsos juramentos ni usar el nombre de Dios en vano para engañar a otros y extraviarlos.

    Conversando con Cristo: Señor Jesús, tú tienes palabras de vida eterna. Te alabo porque eres Dios y te agradezco todo lo que has hecho por mí. Ruego que siempre camine en la verdad y en tu luz.

    Viviendo la Palabra de Dios: ¿Cómo estoy viviendo el Cuarto Mandamiento de honrar a mis padres y el Octavo Mandamiento de ser veraz al hablar? ¿Qué puedo hacer mejor en mi negocio para ser más veraz?

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