Daily Reflection

El Novio Sumo Sacerdote

January 20, 2025 | Monday
  • Lunes de la segunda semana del tiempo ordinario
  • Mark 2:18-22

    Hebreos 5:1-10

    Salmo 110:1, 2, 3, 4

    Marcos 2:18-22

    Los discípulos de Juan y de los fariseos acostumbraban a ayunar.

    La gente se acercó a Jesús y objetó:

    “¿Por qué ayunan los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos,

    pero tus discípulos no ayunan?”

    Jesús les respondió:

    “¿Pueden ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos?

    Mientras tengan consigo al novio no pueden ayunar.

    Pero vendrán días cuando el esposo les será arrebatado,

    y luego ayunarán ese día.

    Nadie cose un trozo de tela nueva sobre un manto viejo.

    Si lo hace, su plenitud se aleja,

    lo nuevo de lo viejo, y el desgarro empeora.

    De la misma manera, nadie echa vino nuevo en odres viejos.

    De lo contrario, el vino romperá los odres,

    y tanto el vino como los odres se arruinan.

    Más bien, el vino nuevo se vierte en odres nuevos”.

    Oración inicial: Señor Dios, tú eres imponente en tu gloria y amas tanto a tu pueblo que quisiste ser nuestro esposo. Ayúdame a comprender y ahondar en tan gran misterio.

    Encuentro con la Palabra de Dios

    1. ¿Por qué no ayunan vuestros discípulos? Después de una serie de éxitos en el primer capítulo del Evangelio de Marcos, el segundo capítulo comienza una serie de cinco conflictos. El primer conflicto (Marcos 2:1-12) se centró en la afirmación de Jesús de su capacidad divina para perdonar los pecados. El segundo (Marcos 2:13-17) se centró en Jesús reclinándose a la mesa y comiendo con recaudadores de impuestos y pecadores. El tercer conflicto, que leemos en el Evangelio de hoy, se refiere a la práctica del ayuno. En cada conflicto, Jesús estaba haciendo algo bueno, pero fue acusado falsamente de hacer algo malo. Jesús fue acusado de blasfemia, de asociarse con pecadores públicos y, ahora, de no obligar a sus discípulos a ayunar como los fariseos y los discípulos de Juan el Bautista. La oposición de las autoridades religiosas a Jesús solo aumenta con cada encuentro. Los fariseos en los días de Jesús se enorgullecían de ayunar dos veces por semana. Pensaban equivocadamente que tales prácticas ascéticas los hacían justos ante Dios. Aún tenían que aprender que sólo con el vino nuevo que trae Jesús –la gracia de la Nueva Alianza– las prácticas piadosas como el ayuno, la limosna y la oración serán meritorias para la vida eterna.

    2. Jesús el Esposo: Jesús utilizó cada uno de los cinco conflictos para revelar algo acerca de su identidad. El primer conflicto le dio a Jesús la oportunidad de revelar que él es el Hijo del Hombre, profetizado por Daniel, quien posee el poder y la autoridad divina para sanar a los enfermos y perdonar los pecados. En el segundo conflicto, Jesús se reveló como el cuerpo físico divino.El tercer conflicto revela a Jesús como el esposo divino prometido por los profetas Oseas, Isaías y Jeremías. Jesús compara a sus discípulos con los padrinos de boda o “hijos de la cámara nupcial”. Como esposo, Jesús trae el vino nuevo de la salvación. Los odres viejos, símbolos de la Antigua Alianza, no podían contener el vino nuevo que trae Jesús. La gracia salvadora que Jesús, nuestro divino Esposo y Sumo Sacerdote eterno, nos mereció a través de su pasión y muerte necesita los odres nuevos de la Nueva Alianza.

    3. Mediación sacerdotal: En la primera lectura, la Carta a los Hebreos considera cómo un sacerdote actúa como mediador entre Dios y la humanidad. Señala cómo los sumos sacerdotes – Aarón y sus descendientes sacerdotales – fueron nombrados sacerdotes por Dios, pero que estaban asediados por la debilidad y cometieron muchos pecados. No sólo ofrecían ofrendas por el pecado en nombre del pueblo, sino que también tenían que ofrecer ofrendas por el pecado por sí mismos. Cuando Aarón y sus hijos ofrecían un toro en sacrificio una vez al año en el Día de la Expiación, servía como recordatorio del pecado original del primer sumo sacerdote, que hizo un becerro de oro para que el pueblo de Israel lo adorara. Los sumos sacerdotes del Antiguo Testamento podían tratar con paciencia a los ignorantes y errantes, porque ellos mismos eran ignorantes, errantes, débiles y pecadores. El pecado rompe trágicamente la relación con Dios y la humanidad. Y así, cuando un sacerdote ofrecía un sacrificio por los pecados, actuaba como mediador al ofrecer el culto del pueblo a Dios y al pedirle a Dios que tuviera misericordia de su pueblo pecador. Jesús, como los sumos sacerdotes de la Antigua Alianza, no se autoinstituyó para el sumo sacerdocio, sino que fue instituido por su Padre. Jesús asumió nuestra naturaleza humana y la perfeccionó mediante su obediencia y su sufrimiento. Y mediante este acto sacerdotal se convirtió en la fuente de nuestra salvación eterna.

    Conversando con Cristo: Señor Jesús, eterno sumo sacerdote y divino esposo, intercede ante el Padre por tu esposa y derrama el Espíritu en su corazón para que corresponda a tu amor con alegría.

    Vivir la Palabra de Dios: ¿Pienso alguna vez en ayunar fuera de la temporada de Cuaresma? ¿Qué tipos de ayuno serían beneficiosos para mí? ¿Puedo ayunar de ciertos alimentos, alcohol o redes sociales?

    © 2025. EPRIEST, Inc. All rights reserved.

At ePriest, we are dedicated to supporting Catholic priests as they serve their people and build up the Church.

We invite you to explore our resources to help your own ministry flourish!

Sign Up Now