Daily Reflection

dos estándares

November 5, 2022 | Saturday

Jennifer Ristine

  • Sábado de la Trigésima Primera Semana del Tiempo Ordinario
  • Luke 16:9-15

    “Y por eso os digo esto: usad el dinero, por contaminado que esté, para ganaros amigos, y así aseguraros de que cuando os falte, os recibirán en moradas eternas. Cualquiera que es digno de confianza en las cosas pequeñas es digno de confianza en las grandes; cualquiera que es deshonesto en las cosas pequeñas, es deshonesto en las grandes. Entonces, si no eres digno de confianza con el dinero, esa cosa contaminada, ¿quién te confiará las riquezas genuinas? Y si no eres fiel con lo que no es tuyo, ¿quién te dará lo que es tuyo? Ningún siervo puede ser esclavo de dos señores: o aborrecerá al primero y amará al segundo, o se apegará al primero y despreciará al segundo. No podéis ser esclavos tanto de Dios como del dinero”. Los fariseos, que amaban el dinero, oyeron todo esto y se burlaron de él. Él les dijo: “Ustedes son los mismos que se hacen pasar por rectos a la vista de la gente, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es muy estimado a los ojos humanos es abominable a los ojos de Dios.”

    Oración de apertura: Señor Jesús, haz que mi corazón se parezca más al tuyo. Concédeme la gracia de alejarme de la mentalidad del mundo y amar todas las cosas según tu corazón.

    Encuentro con Cristo:

    1. Dicotomía del Corazón: El Evangelio de hoy continúa del pasaje del Evangelio del día anterior, pero profundiza en el corazón del mayordomo. Jesús habla del enfoque de la persona. No se puede dividir. O se fija en Dios o se fija en el dinero. No se puede configurar en ambos. En los ejercicios espirituales de San Ignacio, establece también esta dicotomía del corazón, invitando al ejercitante a reconocer la calidad y la consecuencia de la invitación de cada uno y considerar bajo qué estandarte quiere estar, bajo el de Cristo o bajo el de el enemigo, Lucifer. Uno conduce a la verdadera vida y el otro, aunque aparentemente atractivo, conduce a la muerte. Jesús pone esta dicotomía ante los fariseos como un examen de conciencia para ellos, como un vistazo a los motivos más profundos del corazón.

    2. Elecciones Conscientes: Jesús nos llama a hacer una elección. No se trata de rechazar el dinero sino de una elección consciente más profunda de nuestro uso de los bienes. San Ignacio llamó a eso indiferencia. Lejos de no importar, es preocuparse precisamente por lo que importa. La forma en que usamos los bienes que tenemos a nuestra disposición marca la diferencia. Y lo que es más importante, la relación que tenemos con los bienes creados es importante. ¿Está nuestro corazón buscándolos para beneficio personal? ¿Por motivos egoístas? ¿O somos capaces de hacer uso de ellos a la luz de una visión eterna, para la gloria de Dios y la edificación inmediata del Reino de Dios aquí en la tierra? Nuestra elección consciente es un asunto del corazón. Esencialmente determina lo que realmente estamos buscando.

    3. Estima: “Lo que es muy estimado a los ojos humanos es aborrecible a los ojos de Dios”. Este paradigma nos es ajeno. A expensas de mantener la autenticidad, se promueve la estima psicológica y emocional en cada esquina. Escuchar que debemos hacer lo que nos haga sentir bien, que no debemos sentirnos avergonzados por nuestras elecciones, que debemos sentirnos dignos sin importar lo que hagamos, es el pan de cada día. Si bien estas pueden ser declaraciones equivocadas llenas de falsedades relativistas, hay una verdad subyacente en el centro: somos fundamentalmente buenos y dignos de ser amados. Sin embargo, nuestras elecciones sí importan porque, hechos a imagen de Dios, estamos llamados a elegir aquello que nos lleve a aquello para lo que hemos sido creados: la vida eterna, la unión con Dios. ¿Cuán diferentes serían nuestros motivos si los ojos que sintiéramos sobre nosotros fueran los de nuestro amoroso Dios en lugar de los del mundo? ¿Cuán diferentes serían nuestras elecciones si las voces que escuchamos fueran las de Cristo invitándonos a una amistad íntima, a pesar de tener que rechazar la voz del mundo que afirma el ego?

    Conversando con Cristo: ¡Señor Jesús, te elijo a ti! Ayúdame a ser consciente de los motivos subyacentes de mi corazón. Concédeme que perciba los movimientos interiores que delatan la búsqueda personal del ego y rechazan las sugerencias del enemigo. Haz que pueda oír tu voz y seguirte, a pesar del sacrificio.

    Resolución: Señor, hoy, por tu gracia, examinaré mis motivos más profundos y reconoceré lo que me mueve: la estima humana o la elección de glorificarte.

    Para mayor reflexión: https://www.ignatianspirituality.com/kevin-obrien-sj-on-the-two-standards .

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