Daily Reflection

Todo o nada

September 30, 2022 | Friday

Dorothy Warner

  • Memoria de San Jerónimo, Presbítero y Doctor de la Iglesia
  • Luke 10:13-16

    Jesús les dijo: ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros hechos en medio de vosotros, tiempo ha que se hubieran arrepentido sentados en cilicio y ceniza. Pero será más tolerable para Tiro y Sidón en el juicio que para ti. Y en cuanto a ti, Capernaum, '¿Serás exaltada hasta el cielo? Bajarás al inframundo. Quien te escucha a ti me escucha. Quien te rechaza a ti, me rechaza a mí. Y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió”.

    Oración de apertura: Señor, ayúdame a ver tus obras poderosas con los ojos de la fe. Si es tu voluntad que lleve tu palabra a aquellos con los que me encuentro hoy, mantén mi corazón puro y mi boca obediente a tu voluntad. Amén.

    Encuentro con Cristo:

    1. Tiempo y lugar: A medida que leemos en los evangelios las historias de las muchas señales, prodigios y milagros que realizó Jesús, podemos tender a imaginar que las multitudes fueron persuadidas a dedicarse a seguir a Cristo. Pero vemos en este pasaje que Jesús sabía que algunos de los que fueron testigos directos de esas señales y prodigios habían optado por no cambiar sus malos caminos, y Jesús sabía qué justicia divina se les impondría. Él nos advierte a todos con las palabras de amonestación que les dirigió.

    2. ¿Escuchamos?: ¿Crees en los milagros? En el centro de la fe cristiana, la respuesta a esa pregunta debe ser sí, que creemos que Jesús verdaderamente fue concebido por Dios, nació de una virgen, murió en una cruz y resucitó de entre los muertos. ¡Todos los milagros! En su breve ministerio público, Jesús hizo que los ciegos vieran, los sordos oyeran, los cojos andaran, los muertos resucitaran, los leprosos quedaran limpios. Si todas estas cosas son ciertas, entonces también debemos creer que todo lo que está “inmundo” en nosotros puede ser sanado y redimido por Jesús.

    3. ¿Estamos “en desacuerdo en espíritu”?: Un gran desafío para los católicos es creer que sus pecados son completamente perdonados en el sacramento de la Reconciliación. En ese encuentro milagroso, si la confesión es completa y sincera, la persona que sale del confesionario ha sido perdonada, los pecados borrados. No creer eso es negar el poder del Señor mismo, “rechazarlo”. ¡A veces, extrañamente, preferimos mantener nuestros pecados alrededor! Pero, más que nada, Jesús quiere que creamos en él y en los discípulos y sus sucesores que lo siguen. Sus advertencias a los impenitentes no podrían ser más claras. Pero, cuando escuchamos, nos arrepentimos y creemos verdaderamente, tenemos un hermoso regalo de gracia esperándonos.

    Conversando con Cristo: Señor, tú sabes con precisión qué hábitos me impiden abrazar plenamente tu milagroso toque sanador. Ayúdame a formar nuevos hábitos de fe que me acerquen a ti y a la sanación que sabes que necesito.

    Resolución: Señor, hoy, por tu gracia, creceré en mi conciencia de los milagros narrados en las Escrituras y en la vida de los santos para avivar mi fe y poder participar en el crecimiento de tu Reino en la tierra.

    Para mayor reflexión: Catecismo de la Iglesia Católica, 1430: El llamado de Jesús a la conversión es una conversión del corazón, no meramente las señales externas (“cilicio y ceniza”).

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