Daily Reflection

Un lugar para descansar

September 28, 2022 | Wednesday

Dorothy Warner

  • Miércoles de la vigésima sexta semana del tiempo ordinario
  • Luke 9:57-62

    Mientras Jesús y sus discípulos proseguían su viaje, alguien le dijo: “Te seguiré dondequiera que vayas”. Jesús le respondió: “Las zorras tienen guaridas y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reposar la cabeza”. Y a otro le dijo: “Sígueme”. Pero él respondió: “Señor, déjame ir primero y enterrar a mi padre”. Pero él le respondió: “Deja que los muertos entierren a sus muertos. Pero tú, ve y proclama el Reino de Dios”. Y otro dijo: “Te seguiré, Señor, pero primero déjame despedirme de mi familia en casa”. Jesús le respondió: “Nadie que pone la mano en el arado y mira lo que ha quedado atrás es apto para el Reino de Dios”.

    Oración de apertura: Jesús, quiero seguirte. Aléjame de las cosas que falsamente considero más importantes que seguirte: posesiones, estatus, entretenimiento y distracciones mundanas. Ayúdame, con mi ejemplo, a animar a otros a seguirte también. Amén.

    Encuentro con Cristo:

    1. ¿Qué es un seguidor?: Nuestra fe sostiene que cada uno de nosotros, laicos, ordenados y consagrados, tenemos una vocación. En la raíz de la palabra “discípulo” está la palabra “disciplina”, y esto es lo que nos pide Jesús en este pasaje del Evangelio. Él nos amonesta a mantener nuestro enfoque en el Señor y su Reino. Nuestro amor por todos los demás, incluidos los de nuestras familias, escuelas, lugares de trabajo y comunidades, debe desbordarse desde ese primer llamado, un amor que consume todo nuestro corazón (Marcos 12:30).

    2. ¿Qué se entiende por descanso?: Jesús le recuerda a un posible seguidor que “el Hijo del hombre no tiene dónde descansar la cabeza”. Jesús no quiso decir esto literalmente porque otros pasajes en los Evangelios (Lucas 2:7, Marcos 4:38-40) muestran a Jesús descansando o durmiendo. Jesús quiso decir que nuestro compromiso con la misión, el trabajo que nos da, requerirá nuestra atención y esfuerzo todos los días. Si deseamos seguirlo, nuestro discipulado requerirá desapego, enfoque y disciplina.

    3. Despejando el camino: Los interlocutores anónimos de Jesús, cada uno a su manera, plantearon las obligaciones familiares como razones para retrasar el inicio de su misión de seguimiento del Señor. Las respuestas de Jesús indicaron que esas obligaciones no bastan como excusa, e incluso pueden impedirnos “proclamar el Reino”. ¿Deberíamos eludir nuestros deberes? No. En cambio, es de primordial importancia que permanezcamos cerca de Jesús y, por el poder del Espíritu Santo, discernamos su voluntad en cada momento para que, al elegir entre dos bienes, nos alineemos con lo que Cristo nos pide. La dirección espiritual puede ayudar en este proceso de discernimiento.

    Conversando con Cristo: Señor, tú deseas que te siga. Limpia mi propio camino hacia tu Reino: ayúdame a distinguir entre las cosas que hacen más fácil seguirte y las cosas que lo hacen más difícil. Ayúdame a animar a otros a permanecer enfocados en tu Reino.

    Resolución: Señor, hoy, por tu gracia, renovaré mi compromiso de seguirte más de cerca. voy a ofrecer un diario examen para ayudarme a discernir tu voluntad en todo.

    Para mayor reflexión: “El hombre es por naturaleza y vocación un ser religioso. Viniendo de Dios, yendo hacia Dios, el hombre vive una vida plenamente humana sólo si vive de su vínculo con Dios”. Catecismo de la Iglesia Católica, 44.

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