Daily Reflection

¿Qué es un testigo?

July 8, 2022 | Friday

Dorothy Warner

  • Viernes de la decimocuarta semana del tiempo ordinario
  • Matthew 10:16-23

    Jesús dijo a sus Apóstoles: “He aquí, os envío como ovejas en medio de lobos; así que sed astutos como serpientes y sencillos como palomas. Pero guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas, y seréis llevados ante gobernadores y reyes por causa de mí como testigo ante ellos y los paganos. Cuando te entreguen, no te preocupes por cómo vas a hablar o qué vas a decir. Se te dará en ese momento lo que debes decir. Porque no seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre hablando por vosotros. El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; los hijos se levantarán contra los padres y los harán morir. Seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo. Cuando os persigan en un pueblo, huid a otro. De cierto os digo, que no acabaréis las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre.

    Oración de apertura: Señor, prometes que tu Espíritu hablará a través de mí en los momentos en que testifique a tu favor. Ayúdame a crecer en la fe y a escuchar tus impresiones para que pueda ser un mejor testigo de tu amor sanador. Ayúdame a crecer en el coraje de la fe, sabiendo que todo lo que se soporta por tu bien tiene un valor eterno. Amén.

    Encuentro con Cristo:

    1. Ovejas entre lobos: Jesús fue muy claro al hablar con sus discípulos: el trabajo que les esperaba no sería fácil, ni todos los recibirían con los brazos abiertos. De hecho, había quienes usarían el sistema legal y otras autoridades legítimas de manera torcida o injusta, para castigar a los que daban testimonio de la fe. Como cristianos, debemos esperar cierto nivel de persecución cuando tratamos de extender el Reino de Dios. Hay varios ejemplos contemporáneos de protestas legales contra los cristianos que defienden el Evangelio en la plaza pública. Sabemos, sin embargo, que por la oración y el poder del Espíritu Santo, se nos puede dar la gracia de volvernos “astutos como serpientes” para continuar la obra de evangelización.

    2. No te preocupes: Una y otra vez, en los Evangelios, Jesús nos dice que no tengamos miedo, que confiemos, que no nos preocupemos. Sin embargo, para muchos, las dudas persisten. Muy a menudo recurrimos a lo que ofrece el mundo para calmar nuestras ansiedades. Una cura segura para las ansiedades mundanas es recordar que el Señor no abandona a sus fieles. El Espíritu Santo nos da las palabras correctas en tiempos de prueba. “¿Quién sino Dios puede darte paz? ¿Ha sido alguna vez el mundo capaz de satisfacer el corazón?” (San Gerardo Majella).

    3. Perseverando hasta el final: Jesús no quiere que nuestros esfuerzos de evangelización, por limitados que pensemos que sean, sean únicos. Nos llama a hacer de nuestra vida entera un testimonio positivo del Evangelio. Estamos invitados a buscar oportunidades, por pequeñas que sean, en nuestra vida diaria para dar testimonio de la Buena Nueva. “¡Qué trabajo debemos soportar, qué fatiga, mientras intentamos escalar colinas y cumbres de montañas! ¡Qué, que podamos ascender al Cielo! Si consideras la recompensa prometida, lo que soportas es menos. La inmortalidad se da al que persevera; se ofrece la vida eterna; el Señor promete su Reino” (San Cipriano de Cartago).

    Conversando con Cristo: Señor, sé que a veces permito que la más mínima incomodidad me impida ser testigo de tu amor. Ayúdame a vencer mi timidez y miedo al rechazo para proclamar tu palabra a través de cualquier prueba que elijas para mí. Infunde en mí el coraje de escuchar tu verdad y el coraje de hablarla, incluso a aquellos que no quieren escuchar tus palabras. Que persevere siempre, para tu gloria.

    Resolución: Señor, hoy por tu gracia me propongo dar testimonio de tu verdad dondequiera que vaya. Sabiendo que la mejor manera de demostrar tu amor es primero recibirlo, resuelvo aprovechar cada oportunidad para recibirte en el Santísimo Sacramento y pasar un tiempo en oración, bañado en tu luz y amor.

    Para una mayor reflexión: Catecismo de la Iglesia Católica 1816: “El discípulo de Cristo no sólo debe guardar la fe y vivir de ella, sino también profesarla, dar testimonio de ella con confianza y difundirla: 'Todos, sin embargo, deben estar preparados para confesar Cristo ante los hombres y seguirlo por el camino de la Cruz, en medio de las persecuciones que nunca faltan a la Iglesia.' El servicio del testimonio y la fe son necesarios para la salvación: 'Así que todo el que me reconozca delante de mí, yo también lo reconoceré delante de mi Padre que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos'”.

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