- Memoria de San Bernabé, Apóstol
Votos Sagrados: La lectura del Evangelio de hoy continúa el tema de ayer: ser fiel a los votos. Ayer Jesús defendió los votos sagrados que una pareja casada se hace el uno al otro. Cuando un esposo y una esposa prometen que se amarán, se honrarán y se apreciarán mutuamente durante toda su vida, no están haciendo un juramento por algo que no es suyo, como el cielo o la tierra, sino que se hacen una promesa el uno al otro. de sus corazones. El “sí” de la esposa es de corazón, y el del esposo también. Juntos, su “sí” es una promesa mutua. Al decir “Sí, acepto”, sellan esta promesa. Su "sí" significa "sí" para él, y su "sí" significa "sí" para ella. El matrimonio es indisoluble: “Del matrimonio válido surge un vínculo entre los cónyuges que por su misma naturaleza es perpetuo y exclusivo; además, en el matrimonio cristiano los cónyuges son fortalecidos y, por así decirlo, consagrados para los deberes y la dignidad de su estado por un sacramento especial” (CCC 1638).
Un corazón veraz: Nuestro Señor desea “la sinceridad de corazón” (Salmo 51:6). En nuestra vida cotidiana, Dios nos llama a ser rectos y veraces. El Salmo 15 tiene algunas palabras de sabiduría en este punto: “Señor, ¿quién puede entrar en tu santa tienda? ¿Quién puede vivir en tu monte santo? Sólo aquellos que son inocentes y que hacen lo correcto. Tales personas dicen la verdad desde sus corazones y no dicen mentiras sobre los demás. No hacen mal a su prójimo y no murmuran… Cumplen sus promesas a su prójimo, incluso cuando duele” (15:1-4). Solo aquellos que son honestos tienen acceso a la morada de Dios. Cuando hablan, su “sí es sí” y su “no es no”. La última línea es muy interesante; ser sincero significa cumplir las promesas, incluso cuando duele. Podemos reflexionar sobre este salmo y considerar si Dios nos está llamando a vivir este salmo más plenamente.
Seguimiento: A veces las personas hacen juramentos cuando no tienen intención de cumplir su promesa. O bien, otras veces las personas realmente tienen la intención de llevar a cabo lo que dicen que harán, pero no dan los pasos necesarios para lograrlo. Por ejemplo, se inscriben para unirse al coro, pero se olvidan de venir a las prácticas o se esfuerzan poco por aprender la música. Jesús advirtió contra este comportamiento indeciso. Exhortó a sus discípulos a ser personas de convicción y pensamiento claro. Él desea discípulos fuertes que cumplan con sus palabras y acciones. Jesús prefiere que digamos “no” a las cosas para las que no tenemos el tiempo o la energía que decir “sí” y luego hacerlas a medias. Cuando nuestro “sí” significa “sí” y nuestro “no” significa “no”, las personas aprenden que pueden confiar en que seremos honestos y cumpliremos nuestras promesas.
Matthew 5:33-37
Jesús dijo a sus discípulos: “Oísteis que fue dicho a vuestros padres: No juréis en falso, sino haced buenos al Señor todos vuestros votos. Pero yo os digo, no juréis en absoluto; no por el Cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. No jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Deje que su 'Sí' signifique 'Sí', y su 'No' signifique 'No'. Todo lo demás es del Maligno.
Oración de apertura: Jesús, tus palabras son vivas y eficaces (Hebreos 4:12). Espíritu Santo, ayúdame a acoger y cooperar con tu santa palabra, para que produzca en mi corazón la más pequeña conversión hacia la verdad.
Encuentro con Cristo:
Conversar con Cristo: Jesús, eres “lleno de gracia y de verdad” (Juan 1,14). Lo siento por las veces que he mentido, y por las veces que he dicho que haría algo pero no lo he cumplido. Ayúdame a crecer en la virtud cardinal de la justicia, que domina las virtudes de la sinceridad, la honestidad, la lealtad y la devoción al deber. Que yo sea tu discípulo activo y decidido. Que mi “sí” y “no” sean palabras en las que otras personas puedan confiar.
Resolución: Señor, hoy por tu gracia examinaré mis compromisos y consideraré si te estoy dando plenamente lo que te he prometido. Si no, haré cambios para cumplir mis promesas.
Para mayor reflexión: Medite en el Salmo 15 y el Salmo 51 (especialmente “He aquí, tú deseas la verdad en el ser interior”).