Daily Reflection

¿Somos buenos inquilinos?

March 18, 2022 | Friday

Maribeth Harper

  • Viernes de la Segunda Semana de Cuaresma
  • Matthew 21:33-43, 45-46

    Jesús dijo a los principales sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “Escuchen otra parábola. Había un terrateniente que plantó una viña, la cercó con un seto, cavó en ella un lagar y construyó una torre. Luego lo arrendó a unos arrendatarios y se fue de viaje. Cuando se acercaba el tiempo de la vendimia, enviaba a sus sirvientes a los labradores para obtener su producto. Pero los labradores agarraron a los sirvientes y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y a un tercero lo apedrearon. Volvió a enviar otros criados, más numerosos que los primeros, pero los trataron de la misma manera. Finalmente, les envió a su hijo, pensando: 'Respetarán a mi hijo'. Pero cuando los labradores vieron al hijo, se dijeron unos a otros: 'Este es el heredero. Venid, matémosle y tomemos su herencia. Lo agarraron, lo echaron fuera de la viña y lo mataron. ¿Qué hará el dueño de la viña con esos labradores cuando venga? Ellos le respondieron: “Él dará a esos miserables a una muerte miserable y arrendará su viña a otros labradores que le darán el producto a su debido tiempo”. Jesús les dijo: “¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, Ha venido a ser piedra angular; ¿Por el Señor ha sido hecho esto, y es maravilloso a nuestros ojos? Por eso os digo que el Reino de Dios os será quitado y dado a un pueblo que producirá sus frutos”. Cuando los principales sacerdotes y los fariseos oyeron sus parábolas, supieron que hablaba de ellos. Y aunque trataban de prenderlo, temían a la multitud, porque lo tenían por profeta.

    Oración de apertura: Señor, estabas hablando a los ancianos y fariseos, pero por favor abre mi corazón al mensaje que también tienes para mí en estos momentos de oración. Quiero ser un buen inquilino.

    Encuentro con Cristo:

    1. Jesús se dirigió a los ancianos: A lo largo de su ministerio, Jesús nunca dejó de advertir y amonestar a los ancianos y fariseos porque sus propias vidas estaban en peligro, y nadie lo sabía mejor que Jesús. Aquí, Jesús estaba tratando de llegar a ellos con “otra parábola”. Era como si les suplicara que hicieran caso. De alguna manera, los esfuerzos persistentes de Jesús para alcanzarlos pueden consolarnos mientras oramos fervientemente por familiares o amigos que se han alejado. Podemos cansarnos de orar y sacrificarnos por ellos, pero Jesús nunca deja de ofrecer los medios para su salvación. Como nos recuerda en otro pasaje del Evangelio, Jesús, el Buen Pastor, siempre está buscando a su oveja perdida.

    2. Buenos Labradores: En esta parábola, los labradores fueron puestos a cargo de la muy valiosa viña del terrateniente. No sabemos exactamente por qué se negaron a entregar el producto, pero podríamos imaginar que disfrutaban de su lujoso estilo de vida (sensualidad), querían mantener el control (orgullo) o les gustaba el prestigio (vanidad). Sucumbieron a las tentaciones y asesinaron a los sirvientes, e incluso al hijo, para salirse con la suya. Nuestro Señor nos ha puesto a cargo de su viña y nos invita, como sus fieles labradores, a dar fruto. Paradójicamente, si cooperamos con amor entregando nuestras obras temporales y espirituales, heredaremos el Reino por toda la eternidad sin violencia ni derramamiento de sangre.

    3. Piedra angular: Nadie estaba más familiarizado con las Escrituras que los ancianos y los fariseos, por lo que la referencia de Jesús al Salmo 118:22, “La piedra que desecharon los edificadores, Ha venido a ser piedra angular…” fue una clara declaración de su realidad mesiánica. ¿Creerían? Porque vieron y no creyeron, Jesús los condenó. Eran infructuosos, condenados a vivir fuera del Reino. ¿Qué debemos hacer para ser salvos? “Cree en el Señor Jesús y serás salvo tú y tu casa” (Hechos 16:31).

    Conversando con Cristo: Señor, hablaste en una parábola a los ancianos y fariseos, pero en tu misericordia, fuiste muy claro en tu significado. Tú eres el Hijo, la Piedra Angular y el Mesías. Ayúdame, Señor, a creer de todo corazón, sin duda alguna, que me amas y escuchas mis oraciones, especialmente las oraciones que hago en nombre de mis amigos y familiares.

    Resolución: Señor, hoy por tu gracia rezaré un Padre Nuestro por la conversión de las almas.

    Para mayor reflexión: Reflexione sobre el Salmo 118 a la luz de la parábola de hoy.

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