Daily Reflection

¿Soy el guardián de mi hermano?

February 24, 2022 | Thursday

Janet McLaughlin

  • Jueves de la Séptima Semana del Tiempo Ordinario
  • Mark 9:41-50

    Jesús dijo a sus discípulos: “Cualquiera que les dé a beber un vaso de agua porque son de Cristo, en verdad les digo que no perderá su recompensa. Cualquiera que haga pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le pusieran al cuello una gran piedra de molino de molino y lo arrojaran al mar. Si tu mano te hace pecar, córtala. Mejor te es entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible. Y si tu pie te hace pecar, córtalo. Mejor te es entrar manco en la vida, que con dos pies ser arrojado a la gehena. Y si tu ojo te hace pecar, sácalo. Más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que con dos ojos ser arrojado a la Gehena, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. Todos serán salados con fuego. La sal es buena, pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué le devolveréis el sabor? Conservad la sal en vosotros mismos y tendréis paz los unos con los otros”.

    Oración de apertura: Señor, me creaste por la eternidad para vivir contigo para siempre. Viniste a la tierra como mi Redentor y Salvador para mostrarme cómo vivir. Eres la Verdad. Si bien hay muchas distracciones y tentaciones en mi mundo, sé que mi verdadera felicidad radica en creer y confiar en ti en todo lo que enseñas y en todo lo que me pides. Acepta este momento de oración como un acto de amor hacia ti y acción de gracias por tu cuidado amoroso hacia mí.

    Encuentro con Cristo:

    1. Una taza de agua: el agua es esencial para la vida, pero darle a alguien una taza de agua parece una cosa pequeña, prácticamente insignificante. Para la mayoría de nosotros, lo es. Tenemos la bendición de tener agua potable en abundancia. Para algunos, sin embargo, el agua es escasa y valiosa. Compartir un vaso de agua en tal circunstancia recuerda a la viuda pobre que “ofreció todo su sustento” (Lucas 21:4). Si bien tenemos abundancia de agua, la mayoría de nosotros no sentimos que tengamos abundancia de tiempo. Si se nos pide que dediquemos nuestro tiempo, puede parecer un sacrificio demasiado grande. Sin embargo, así como el regalo de un simple vaso de agua a alguien en necesidad asegura una recompensa, dar nuestro tiempo en el servicio agrada a Nuestro Señor y nos trae bendiciones.

    2. Una Piedra de Tropiezo: En Génesis 4:9, “Dios le preguntó a Caín, '¿Dónde está tu hermano Abel?' Él respondió: 'No lo sé. ¿Soy yo el guardián de mi hermano?'” En el Evangelio de Lucas, el “erudito de la ley... quiso justificarse y preguntó a Jesús: '¿Quién es mi prójimo?'” (Lucas 10:25, 29). Ambos pasajes indican una falta de voluntad para ser responsable por los demás. Así como estamos llamados a un servicio generoso en el uso de nuestro tiempo, estamos llamados a servir a los demás en el testimonio de nuestra vida. Cuando hablamos en contra o nos comportamos de manera contraria a las enseñanzas de la Iglesia, podemos ser piedras de tropiezo para la fe de los demás. Y se llama “escándalo” a “una actitud o comportamiento que lleva a otro a hacer el mal”; además, “El que escandaliza se convierte en tentador para su prójimo” (CIC 2284).

    3. Si la sal ha perdido su sabor...: Estamos destinados a animarnos unos a otros y atraer a otros a Cristo a través de nuestro testimonio y nuestras palabras. ¿Qué sucede cuando nuestra fe se vuelve tibia? Perdemos la influencia positiva que debemos tener en quienes nos rodean, y gradualmente podemos volvernos insensibles al pecado en nuestras propias vidas. La fidelidad a Cristo significa estar dispuesto a sacrificar lo que sea que nos aleje de él, y lo enfatiza a través de una serie de declaraciones hiperbólicas. Es por amor que Jesús nos hace saber que “el pecado mortal es una posibilidad radical de la libertad humana... nuestra libertad tiene el poder de optar por el mal, sin vuelta atrás” (CIC 1861).

    Conversando con Cristo: Oh mi Jesús, amar a mi prójimo como a mí mismo es más que ser amable o incluso amable. En el Evangelio de hoy me muestras cuán seriamente debo tomar este elemento de vivir en unión contigo. Tú quieres que viva contigo por toda la eternidad, y me llamas a desear la vida eterna para mis hermanos y hermanas, el prójimo que has puesto en mi camino. Señor, ayúdame a ver mi vida y mis acciones a través de tus ojos para que sea consciente de cómo pueden afectar negativamente a los demás. Que acepte la responsabilidad de vivir como corresponde a quien lleva tu nombre.

    Resolución: Señor, hoy, por tu gracia, identificaré un área de mi vida que no brinda un testimonio auténtico de mi fe católica y desarrollaré un plan para acercarme más a ti en esta área.

    Para mayor reflexión: Lea con oración la sección “Respeto por las almas de los demás: escándalo” en el Catecismo (2284-2287).

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