Daily Reflection

Su corazón misericordioso

February 14, 2021 | Sunday

Father Steven Reilly, LC

  • Sexto domingo del tiempo ordinario
  • Mark 1:40-45

    Un leproso se acercó a Jesús, se arrodilló y le suplicó: "Si quieres, puedes limpiarme". Conmovido por la piedad, extendió la mano, lo tocó y le dijo: “Lo haré. Queda limpio ". La lepra lo dejó inmediatamente y quedó limpio. Luego, advirtiéndole con severidad, lo despidió de inmediato. Le dijo: “Procura no decirle nada a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que prescribió Moisés; eso será una prueba para ellos ". El hombre se fue y comenzó a dar publicidad a todo el asunto. Difundió el informe en el extranjero, de modo que a Jesús le resultó imposible entrar abiertamente en un pueblo. Se quedó afuera en lugares desiertos, y la gente seguía viniendo a él de todas partes.

    Oración de apertura: Jesús, me pongo en tu presencia, profundamente consciente de mi debilidad. Te clamo como el leproso: “¡Si lo deseas, puedes hacer limpio, santo, puro y bueno!

    Encuentro con Cristo:

    1. Nuestros sueños imposibles: muchas veces en la vida nos encontramos añorando algo que parece difícil de alcanzar y fuera de nuestro alcance. Puede que tenga que ver con nuestra salud, como el leproso en la lectura de hoy, o podría ser algo en otro ámbito de nuestras vidas. Cuando nos damos cuenta de que no podemos tenerlo por nuestra cuenta, que nuestra absoluta fragilidad humana lo pone fuera de nuestro alcance, podemos decir con el leproso: "Si quieres, puedes limpiarme". Ese tipo de oración, desde nuestra debilidad, habla desde lo más profundo de nuestra alma. En esos momentos mostramos la profundidad de nuestra fe.

    2. Miseria magnética: Para nosotros, la miseria puede repeler, haciéndonos mirar hacia otro lado. Para Jesús, actúa como un imán; lo atrae y su corazón misericordioso se siente obligado a traer alivio. Confiados y confiando en el corazón de Cristo, debemos mirar nuestro cinismo a los ojos y decir "vete a Satanás". Sin fe nos revolcamos, pero con fe buscamos la mirada amorosa de Jesús que nos salva de hundirnos en un pantano miserable.

    3. Discreción devota: "Procura no decírselo a nadie". Esta directiva de Jesús parece desconcertante; Los eruditos de las Escrituras hablan del "secreto mesiánico", en el que Jesús trató de evitar que la gente proyectara sobre él nociones erróneas de quién sería el Mesías. Pero para nosotros, ¿qué podría significar? Quizás podríamos pensar en cómo debemos saborear nuestras bendiciones y gracias en nuestros corazones y no solo en nuestras plataformas de redes sociales. Contar nuestros “me gusta” no alimenta nuestras almas de la manera en que lo hace simplemente descansar en la belleza del amoroso cuidado de Jesús por nosotros.

    Conversando con Cristo: Señor, te traigo mi miseria y mi pequeñez. ¡Ayúdeme, señor! Te doy mi grito de fe de todo corazón para que me rescates y vengas en mi ayuda. Nunca me permitas dudar de tu bondad. En este día que celebra el amor, les agradezco las hermosas relaciones en mi vida. Ayúdame a apreciar más profundamente a cada persona que he tenido el privilegio de conocer y amar.

    Resolución: Señor, hoy por tu gracia dejaré mi trabajo cada pocas horas para agradecerte por rodearme de amor, tanto humano como divino.

    Para una mayor reflexión: ¿Quién es San Valentín?

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