Daily Reflection

María viene!

December 12, 2022 | Monday

Br. Erik Burckel, LC

  • Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe
  • Luke 1:39-47

    En aquellos días María se puso en camino y viajó de prisa a la región montañosa a un pueblo de Judá, donde entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel escuchó el saludo de María, el niño saltó en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, clamó a gran voz y dijo: “Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. ¿Y cómo me sucede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Porque en el momento en que la voz de tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurado tú que creíste que se cumpliría lo que te dijo el Señor”. Y María dijo: “Mi alma proclama la grandeza del Señor; mi espíritu se regocija en Dios mi salvador.”

    Oración de apertura: ¡ Señor Dios, gracias por esta gran fiesta mariana! En 1945, el Papa Pío XII declaró a Nuestra Señora de Guadalupe Emperatriz de todas las Américas. Ayúdame a imitar su sencillez y pequeñez, de las que leo en el Evangelio, porque esto fue lo que te permitió hacerla tan grande.

    Encuentro con Cristo:

    1. María es Apostólica: Esta escena del Evangelio es emocionante. Dos mujeres embarazadas, y además queridos parientes, se encontraron en el gran escenario de la historia de la salvación: María de la casa de David e Isabel de las hijas de Aarón; Cristo el Salvador de la humanidad y Juan el Bautista su heraldo. ¡Un torrente del Espíritu Santo, un fuerte clamor y un salto en el vientre! ¿Qué ha producido esta alegría evangélica, esta abundancia de gracia salvadora? Ciertamente fue la oración de Isabel y el “sí” de María. Pero también fue el celo apostólico de María. Aunque estaba recién embarazada, atravesó un terreno montañoso para encontrarse con su amiga. No podía guardar para sí misma la obra maravillosa de Dios; ella quería compartirlo. Por eso se fue deprisa, con prisa, una apóstol con prisa a predicar la buena noticia.

    2. María es contemplativa: Isabel tenía muchas cosas que quería decirle a María a su llegada. "¿Por qué viniste? ¿Como fue el viaje? ¡Tú, la madre de mi Señor! Y eres tan bendecido, ¿cómo creíste de inmediato? ¡Eres la más grande entre las mujeres!” Asimismo, María debió sentir el impulso de hablar de su experiencia, pero no lo hizo, no directamente. Ella contempló antes de hablar. Ella alabó a Dios por su salvación y engrandeció su santo nombre. “Mi alma proclama la grandeza del Señor”. Esta alabanza de la grandeza de Dios es precisamente lo que hace grande a María. Porque ella se humilló, Dios la exaltó. Su espíritu contemplativo le aseguró que realizaría grandes obras para el Señor.

    3. María es maternal: “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?” Estas son las palabras que Nuestra Señora de Guadalupe le dirigió a San Juan Diego. En 1531 visitó el continente americano, al igual que una vez visitó a su prima Isabel. La solicitud por su prima la llevó a lo segundo, mientras que el amor por todos sus hijos estadounidenses la llevó a lo primero. Como dice la colecta de la Misa de hoy: “Padre, que pusiste a tu pueblo bajo la singular protección de la Santísima Madre de tu Hijo”. María es nuestra madre, y corre con prisa a encontrarnos, aun cuando estemos perdidos entre las colinas de la vida. María viene!

    Conversando con Cristo: ¡ Señor Jesús, eres solo un bebé en el vientre de tu madre, pero pronto nacerás y serás acostado en un pesebre! Que María sea mi guía segura en este Adviento, enseñándome el amor a la oración, el amor a la acción apostólica y la ternura hacia mis hermanos y hermanas. Gracias por darme a tu madre.

    Resolución: Señor, hoy por tu gracia acudiré a María, mi madre, y pediré su intercesión por mis amigos y familiares, mencionándolos por su nombre.

    Para mayor reflexión: Mire la película de 2006 The Nativity Story .

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