John 10:22-30

En ese momento se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno. Y Jesús andaba por el recinto del templo sobre el Pórtico de Salomón. Entonces, los judíos lo rodearon y le dijeron: “¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si eres el Mesías, dínoslo claramente”. Jesús les respondió: “Os lo he dicho y no creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no estáis entre mis ovejas. Mis ovejas oyen mi voz; Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán. Nadie puede quitármelas de la mano. Mi Padre que me las ha dado, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno.”

Oración de apertura : Señor Jesús, tú eres el Hijo eterno del Padre, y espero en ti dirección, salvación y guía en mi vida. Te pido una fe profunda para creer todo lo que revelas, incluso cuando me cuesta.

Encuentro con Cristo :

1. “Os lo dije y no creéis” : ¿Por qué los judíos no le creyeron a Jesús? ¿Predicó Jesús un mensaje difícil? ¿No estaban dispuestos a renunciar a algunos hábitos a los que estaban apegados? ¿Qué tan dispuestos estamos a creer en Jesús? Puedo pensar en muchos conversos, St. John Henry Newman entre ellos, que sufrió tremendamente al convertirse al catolicismo. Estos conversos perdieron amigos, prestigio y trabajos, pero ganaron mucho más y estaban gozosos en medio de su sufrimiento porque habían encontrado la verdad. Atreverse a creer implica una conversión auténtica, y se recompensa con un corazón gozoso, rebosante de la gracia de Dios.

2. “Las obras que hago en nombre de mi Padre me dan testimonio” : Jesús no se inmutó ante la falta de fe entre los judíos. No retrocedió ni cambió su mensaje. Recordó las obras que había hecho, milagros que incluían resucitar a un hombre de entre los muertos, curar a ciegos y enfermos, y alimentar a cinco mil personas con cinco panes y dos peces, entre otros. Se mantuvo firme en la misión radical que se le había encomendado y dijo que si no creían solo en sus palabras, entonces deberían creer en sus acciones. Nuestras acciones hablan más fuerte que nuestras palabras. Como cristianos, ¿vivimos lo que predicamos, lo que decimos que creemos? Sólo entonces nuestras palabras serán dignas de confianza. Entonces somos auténticos seguidores del Señor.

3. “Mis ovejas oyen mi voz; Yo los conozco y ellos me siguen” : Aunque los judíos no le creyeron a Jesús, muchos de sus seguidores sí. Dejaron casas, hermanos o hermanas, madre o padre, tierra u otras cosas por causa de Jesús y su Evangelio (Marcos 10:29). A estos, Jesús les prometió la vida eterna. Creer en Cristo significa vivir de acuerdo con el Evangelio, siguiéndolo cuando es difícil de creer o cuando sobreviene la persecución. Todo vale la pena porque esta vida es pasajera. Lo que hacemos en la tierra es valioso cuando se hace con un fin sobrenatural: amar al Señor ya su pueblo.

Conversando con Cristo : Señor, trato de hacer las cosas bien. Con buenas intenciones, busco mantener a mi familia, llegar a fin de mes y disfrutar el tiempo con mis seres queridos. Ayúdame a preocuparme menos por las cosas y más por las personas. Enséñame a amarlos en tu nombre.

Resolución : Señor, hoy, por tu gracia, buscaré dejar de lado algo que quiero hacer para pasar tiempo de calidad con alguien a quien amo.