Matthew 5:17-19

Jesús dijo a sus discípulos: “No penséis que he venido a abolir la ley o los profetas. No he venido a abolir sino a cumplir. En verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni la letra más pequeña ni la parte más pequeña de una letra pasará de la ley, hasta que todo haya sucedido. Por tanto, cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños y enseñe a otros a hacerlo, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos. Pero el que obedezca y enseñe estos mandamientos, será llamado el mayor en el reino de los cielos”.

Oración inicial: Abba en el cielo, enséñame, hijito tuyo, tus caminos, y dame la gracia de vivir según tu ley. Quiero experimentar el cielo en su plenitud.

Encuentro con Cristo :

1. Cumpliendo la Ley : Puede haber tal temor cuando nos rendimos a la voluntad del Señor, temor de que la vida tal como la conocemos cambie de una manera dramática. El Señor tranquilizó el corazón y la mente de los discípulos cuando les dijo que no había venido a abolir la ley que tanto apreciaban, sino a cumplirla. Seguir a Nuestro Señor en esta vida también requiere adherirse a su ley y experimentar cambios a veces dolorosos en nuestros pensamientos y acciones a medida que nos transformamos lentamente en los santos que él nos llama a ser. Que sin vacilaciones le demos nuestro fiat, confiando en que el Señor tiene en mente nuestros mejores intereses.

2. ¿ Romper y enseñar u obedecer y enseñar? : Cada uno de nosotros tiene una seria responsabilidad, como “aquellos a quienes se les ha dado mucho” (Lucas 12:48), de cuidar a los “pequeños”, niños o aquellos que son nuevos en el camino espiritual. Después de todo, se nos ha dado fe, muchos dones del Espíritu Santo, gracia a través de los sacramentos y una comunidad cristiana para apoyarnos en nuestro camino al cielo. Nuestra responsabilidad es compartir nuestra experiencia de fe con los demás en un genuino espíritu de humildad, lleno del amor de Cristo.

3. ¿ Menor o Mayor? : ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? Los que obedecen los mandamientos y los enseñan. Compartir el amor de Cristo con los demás es una de las mejores maneras de hacer que el reino de Dios cobre vida en nuestros propios corazones. Pero incluso cuando obedecemos los mandamientos en silencio o en el anonimato por amor al Señor, el reino de Dios crece. “Prefiero la monotonía del oscuro sacrificio a todos los éxtasis. Recoger un alfiler por amor puede convertir un alma” (Santa Teresa de Liseux, Historia de un alma).

Conversando con Cristo : Querido Jesús, que todas mis opciones de enseñar y obedecer aquí en la tierra te sean agradables para que tu reino crezca como lo has prometido.

Resolución : Señor, hoy, por tu gracia, dedicaré unos minutos a repasar los Diez Mandamientos y reflexionar sobre lo bien que estoy viviendo de acuerdo con tu ley.