Daily Reflection

Cosecha final de Dios

July 28, 2020 | Tuesday
  • Martes de la decimoséptima semana en tiempo ordinario
  • Matthew 13: 36-43

    Jesús despidió a las multitudes y entró en la casa. Sus discípulos se acercaron a él y le dijeron: "Explícanos la parábola de la maleza en el campo". Dijo en respuesta: "El que siembra buena semilla es el Hijo del Hombre, el campo es el mundo, la buena semilla, los hijos del Reino. La maleza es la hija del maligno, y el enemigo que los siembra es el Diablo. La cosecha es el fin de la era, y los cosechadores son ángeles. Así como las malas hierbas se recogen y se queman con fuego, así será al final de la era. El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerá de su reino a todos los que causan pecado a los demás y a todos los malhechores. Los arrojarán al horno de fuego, donde habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. Quien tenga oídos debería oir ".

    Oración introductoria: Señor, gracias por este nuevo día. Creo que estás presente en mi corazón. Creo que quieres darme tu sabiduría para vivir esta vida de manera fructífera. Confío en que tu misericordia me protegerá mientras lucho contra el mal. Te amo porque has vencido el mal con tu cruz y resurrección. Quiero vivir este momento de oración como un momento intenso para ser transformado por ti.

    Petición: Señor, ayúdame a esperar tu triunfo con esperanza.

    1. Él nos está mirando: la diferencia entre el bien y el mal no se pierde para Dios. Él conoce las luchas que tenemos para vivir la bondad en este mundo que a menudo está tan impregnada de maldad. Nos asegura que ve el bien que se hace y que se lo recompensará. Debería esforzarme por vivir cada día, sabiendo que Dios me ve y siempre trata de sembrar bondad en mi vida.

    2. El límite del mal: cuando a veces parece que el mal puede triunfar en el mundo, debemos reconocer que Dios tiene la última palabra sobre el mal. Él misteriosamente permite que exista el mal para que el bien pueda ser purificado. Habrá un momento en que el mal será juzgado y ya no tendrá poder sobre nuestras vidas. Si hemos sembrado la bondad con nuestras vidas y si estamos viviendo en la gracia de Dios, Él nos liberará del dominio del mal para siempre. Construyamos nuestra confianza en la venida de su reino. Usemos la lucha contra el mal como una forma de mostrar la sinceridad de nuestro amor.

    3. Cosechamos lo que sembramos: la seguridad de Cristo de que habrá un juicio final les da a los cristianos sobriedad y alegría al vivir sus vidas. Sabemos que nuestros esfuerzos no son en vano. Nos damos cuenta de que esta vida es la oportunidad corta que el Padre nos da para hacer el bien y prepararnos para nuestro gran destino con él. Cuando me siento tentado a perder la paciencia en la lucha, debo recordar que las luchas pronto terminarán, y que Dios recompensará con creces los sacrificios que hice para seguir su voluntad y promover la bondad en el mundo.

    Conversación con Cristo: Señor, creo que estás a cargo de mi vida. Renuevo mi confianza en el triunfo de tu santidad en mi vida. Cuando sienta la fuerza del mal en mi corazón, recordaré que esta vida es corta y que mi lucha es preciosa a tus ojos. Ayúdame a mantener mis ojos en la felicidad que me estás preparando.

    Resolución: Hablaré sobre la alegría de recibir el sacramento de la reconciliación con alguien con quien me encuentro hoy, plantando en el corazón de esa persona la semilla del deseo de recibir este sacramento.

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