Daily Reflection

Aspirando a la humildad

January 2, 2018 | Tuesday
  • Los Santos Basilio el Grande y Gregorio Nacianceno, Obispos y Doctores de la Iglesia
  • John 1: 19-28

    Este es el testimonio de Juan. Cuando los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a él para preguntarle: "¿Quién eres tú?" Admitió y no lo negó, pero admitió: "No soy el Cristo". Entonces ellos le preguntaron, "¿Qué eres entonces? ¿Eres Elijah?" Y él dijo: "Yo no". "¿Eres el Profeta?" Él respondió: "No". Entonces le dijeron: "¿Quién eres tú, para que podamos dar una respuesta a los que nos enviaron? ¿Qué tienes que decir por ti mismo?" Él dijo: "Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: 'enderecen el camino del Señor', como dijo el profeta Isaías". Algunos fariseos también fueron enviados. Le preguntaron, "¿Por qué entonces bautizas si no eres el Cristo o Elijah o el Profeta?" Juan les respondió: "Yo bautizo con agua, pero hay uno entre ustedes que no reconocen, el que viene detrás de mí, cuya correa de sandalias no soy digno de desatar". Esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.

    Oración introductoria: Señor Jesús, creo que eres el Hijo de Dios que vino a este mundo para salvarnos porque nos amas. Tu Encarnación me llena de esperanza. La única respuesta que puedo dar es amarte con todo mi corazón, alma, fuerza y ​​mente.

    Petición: Jesús, ayúdame a aprender de San Juan el Bautista cómo traerte otros.

    1. Haciendo conocer a Jesús: Los próximos días tienen lecturas sobre Juan el Bautista. Estos conducen a la fiesta de la Epifanía de este domingo, que celebra la manifestación de Jesús en el mundo. La tradición ha vinculado varios eventos similares a Epiphany. Aunque la primera es la venida de los Reyes Magos a Belén, el Bautismo de Cristo en el Jordán es también un momento clave de revelación -de epifanía- de la misión y divinidad de Jesús. Por lo tanto, aunque el Bautismo del Señor tiene su propio día de fiesta una semana después de la Epifanía, los dos eventos tienen un resultado común: hacen conocer la verdad de Jesús. Una primera pregunta que debemos hacernos es: ¿qué estoy haciendo, un creyente en Cristo, para hacer que la verdad de Jesús sea conocida por los demás?

    2. El poder de la humildad: en esta lectura, Juan el Bautista demuestra la actitud fundamental para dar a conocer a Cristo: la humildad. Juan el Bautista tuvo la oportunidad de ser considerado el Mesías, el Cristo. Cierto, eventualmente el engaño se conocería, pero por un tiempo, podría haber tenido a todo Israel a sus pies. Con demasiada frecuencia, la gente cede a la tentación y compromete sus principios para obtener la gloria y el poder por un día: piense en empresarios que inflan las ganancias de su empresa o en científicos que simulan sus resultados. Su inevitable caída es trágica. San Juan Bautista sabe que la única forma en que puede servir a Dios y cumplir su misión en la vida es dirigir toda la gloria a Dios y ninguna a sí mismo, sin presumir de ser más de lo que es. Nosotros también podemos vivir como verdaderos cristianos y hacer que Jesús presente a otros solo si dejamos de lado nuestro orgullo y vanidad.

    3. Amor vivo: lo que hace que el mensaje de Juan el Bautista sea efectivo es que no solo predica su mensaje; él es su mensaje. Predica la penitencia, pero primero la vive, sale al desierto y lleva una vida ascética. Él bautiza con agua, pero primero, se mete en el agua. Si queremos hacer conocer a Jesús a los demás, primero tenemos que conocerlo a nosotros mismos. No podemos predicar la esencia del Evangelio, el mensaje de amor, si no vivimos el amor en nuestra vida diaria. No podemos criticar, juzgar a los demás, y siempre "buscar el número uno" (donde "uno" somos nosotros) y todavía esperamos ser un apóstol eficaz de Cristo. Sin embargo, si con la ayuda de la gracia de Dios hacemos nuestro mejor esfuerzo para poner el amor en acción, entonces las palabras apenas serán necesarias. Nuestro ejemplo solo cambiará las vidas de las personas.

    Conversación con Cristo: Señor, cuando me miro a mí mismo y a mi vida, veo que con demasiada frecuencia he sido egoísta, centrado en lo que disfruto y en lo que quiero. Ayúdame a amarte por sobre todas las cosas. Ayúdame a querer hacerte conocer viviendo el amor, incluso a costa de mi orgullo y comodidad.

    Resolución: Hoy haré un esfuerzo extra para mostrar a través de mis acciones lo que significa amar a Cristo y a los demás.

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