- Viernes de la vigésimo cuarta semana del tiempo ordinario
Luke 8:1-3
Jesús viajó de un pueblo a otro, predicando y proclamando las buenas nuevas del reino de Dios. MarÃa, llamada Magdalena, de la que habÃan salido siete demonios, Joanna, la esposa del mayordomo de Herodes, Chuza, Susana, y muchos otros que los proveyeron, fueron acompañados por los Doce y algunas mujeres que habÃan sido curadas de malos espÃritus y enfermedades. de sus recursos.
Oración Introductorial: Señor Jesús, creo que tú viniste a este mundo para redimir a los pecadores. Espero en ti y en tu poder transformar mi alma, por tu gracia, del pecado a la santidad. Señor, te amo y te ofrezco los anhelos de mi corazón para ponerte verdaderamente primero en mi vida. Quiero amarte con toda mi mente, corazón, alma y fuerza.
Petición: Jesús, enséñame a vivir la caridad universal.
1. "Acompañándolo a los Doce" En esta frase bastante común del Evangelio, percibimos la caridad universal de Jesús. Él eligió a sus doce apóstoles de diferentes orÃgenes. La mayorÃa de ellos probablemente no hubieran sido amigos si no fuera por Cristo. Mateo era recaudador de impuestos; Pedro, Santiago y Juan, pescador. Judas era más "sofisticado" que el resto. Sin embargo, Jesús los llamó a todos a ser sus colaboradores más cercanos. Como resultado, llegarÃan a cooperar y apreciarse mutuamente. Cuando Cristo está en el centro de cualquier relación, las diferencias no sólo pueden ser superadas; pueden convertirse en puntos de fuerza también.
2. MarÃa, llamada Magdalena: No sólo eligió a los hombres para que fueran sus estrechos colaboradores, sino que, como dice el Evangelio, también habÃa "mujeres que lo proveyeron de sus recursos". Jesús les asignó diferentes papeles, pero salvó y transformó sus vidas de todos modos. Pensamos en MarÃa Magdalena como una amiga Ãntima de Cristo, pero también debemos recordar que la transformó, con el poder de la gracia de Dios, expulsando siete demonios de ella.
3. La Esposa del Administrador de Herodes: Otra de las mujeres que siguieron a Jesús fue "Juana, la esposa del mayordomo de Herodes." Es asombroso darse cuenta de que el Evangelio se arraigó incluso en medio del feudo de Herodes, un hombre que tenÃa absolutamente no hay estima por nuestro Señor. Nosotros, entonces, nunca debemos "escribir a alguien". La oración, el sacrificio y la caridad pueden ser medios eficaces para la conversión del peor pecador. El mensaje de Jesús fue capaz de inspirar seguidores en todas las condiciones y agrupaciones sociales. Del mismo modo, estamos llamados a construir el Reino en todos los niveles de nuestro mundo secularizado.
Conversación con Cristo: Señor Jesucristo, nos das el ejemplo del amor incondicional por cada persona. No te importa cuál sea nuestra experiencia o cuántos pecados hemos cometido. ¡Tu misericordia es infinita y eterna! Gracias por tu amor. Te ruego que me enseñes a amar sin lÃmites.
Resolución: Prometo practicar la caridad universal hoy por ser amable con alguien con quien no me asocio normalmente.