- Monumento de San Juan Crisóstomo, Obispo y Doctor de la Iglesia
Luke 6: 20-26
Levantando los ojos hacia sus discÃpulos, Jesús dijo: "Bienaventurados los que son pobres, porque el reino de Dios es suyo, bienaventurados ustedes que ahora tienen hambre, porque ustedes estarán satisfechos. Risas, bienaventurados sois cuando os odian, y cuando os excluyen y os insultan, y denunciáis vuestro nombre como mal por causa del Hijo del Hombre: ¡Alégrate y salta de gozo en aquel dÃa !, y tu recompensa será grande en el cielo Porque sus antepasados ​​trataron a los profetas de la misma manera, pero ¡ay de vosotros que sois ricos, porque habéis recibido vuestro consuelo! ... ¡Ay de vosotros, ahora que estáis hambrientos! ¡Ay de vosotros cuando todos hablen bien de vosotros, porque sus antepasados ​​trataron asà a los falsos profetas ".
Oración Introductorial: Dios Padre, gracias por el don de la creación, incluyendo mi propia vida. Dios el Hijo, gracias por redimirme al precio de tu propio Cuerpo y Sangre. Dios el EspÃritu Santo, gracias por ser el dulce invitado de mi alma, iluminando mi mente, fortaleciendo mi espÃritu y encendiendo el fuego de tu amor en mi corazón.
Petición: Padre, ayúdame a buscar lo que está arriba.
1. Porque lo dices, Señor: En este pasaje, puedo imaginar a Jesús levantando sus ojos para mirar los rostros de sus seguidores. Hoy, me mira a los ojos y atrae mi atención con su mirada amorosa. Acepto lo que me dice porque es él quien habla. Yo creo que él tiene las palabras de la vida eterna. Naturalmente, la pobreza, el hambre, el dolor y el ser excluidos no me atraen, pero son los valores de mi amado Señor, y eso es suficiente para mÃ.
2. Busquen Primero el Reino: Jesús me anima a luchar por los valores de su Reino, a ser olvidadizo de mà mismo y de mi bienestar. Él cuidará de mà y me dará recompensa. El cielo me espera - risa y alegrÃa, una plenitud que es insondable. Es arduo no buscar "el cielo en la tierra" en riqueza y placer y en encajar con la multitud. Se necesita una visión de la fe y un espÃritu de perseverancia.
3. Señales de advertencia: San Lucas nos transmite no sólo las bienaventuranzas, sino también sus opuestos. Estos son como señales de advertencia. Si mi camino está alineado con estos opuestos, tendrÃa que estar más atento - ¿de dónde me conduce ese camino a largo plazo? Donde está mi corazón, también está mi tesoro. ¿Es la felicidad celestial y eterna el deseo de mi corazón o son placeres terrenales y temporales?
Conversación con Cristo: Señor, dame la alegrÃa de experimentar algo de la alegrÃa celestial de estar unido contigo aquà en la tierra. Ayúdame a encontrar mi cumplimiento en amarte, en dar mi vida a ti.
Resolución: Examinaré lo que me motiva en mi deber diario, tratando de purificar mi intención. Actuaré por amor a Dios y no por amor propio.