- Decimotercer Domingo en Tiempo Ordinario
Matthew 10:37-42
Jesús dijo a sus apóstoles: "El que ama a su padre oa su madre más que a mÃ, no es digno de mÃ; Y el que ama a su hijo oa su hija más que a mÃ, no es digno de mÃ; Y el que no toma la cruz y no me sigue, no es digno de mÃ. El que me da la bienvenida me da la bienvenida, y el que me recibe, da la bienvenida al que me envió. Quien recibe a un profeta en el nombre de un profeta recibirá la recompensa de un profeta; Y el que da la bienvenida a un justo en nombre de un justo recibirá la recompensa de los justos; Y el que da un vaso de agua frÃa a uno de estos pequeños en el nombre de un discÃpulo, os digo que ninguno de ellos perderá su recompensa.
Oración Introductorial: Señor, deseo dejar a un lado todas las distracciones y darte mi enfoque total. Hoy no haré nada más importante que meditar en oración en tu bondad y en tu papel activo en mi vida. Aunque no soy digno de estar en tu presencia, confÃo en tu misericordia y amor. A través de este momento de oración quiero acercarme a ti y aprender a vivir más como tú.
Petición: Señor, concédeme un corazón que es verdaderamente digno de tu presencia.
1. Aquellos que pierden su vida por mi causa la encontrarán: La elección que Cristo ofrece es clara y dura. No hay término medio. Es vida o muerte para nosotros. Moisés fue tan claro para los israelitas: "Yo llamo a los cielos ya la tierra para testificar contra vosotros hoy, que he puesto delante de vosotros vida y muerte, bendición y maldición; Escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia, amando al Señor tu Dios, obedeciendo su voz, y viniendo a él; Porque esto significa vida para vosotros y duración de dÃas, para que habitéis en la tierra que el Señor juró a vuestros padres, a Abraham, a Isaac ya Jacob, para que les dieran "(Deuteronomio 30: 19-20). ¿Es mi mayor preocupación ganar el tipo de vida que Cristo está hablando, la vida eterna, para mà y para los que amo? ¿Puedo realmente decir que estoy escogiendo la vida uniéndome a él por encima de todo?
2. Dar sin fijar condiciones: La vida con Cristo exige una entrega total que no esté matizada con condiciones, cálculos humanos o preferencias personales. Muchos han determinado que están dando lo suficiente a Dios, pero todavÃa están vacÃos de él. Ellos dan, pero no son dados. Sólo se engañan a sà mismos de una experiencia viviente de Cristo y un amor por su reino que llenará su corazón y fortalecerá su espÃritu. Debo trabajar para que mi decisión para Cristo no se decaiga en posturas egoÃstas.
3. "... no es digno de mÃ": Asà como el Sumo Sacerdote del Antiguo Pacto podÃa entrar en el Lugar SantÃsimo en el Templo solamente con la sangre de sacrificio rociada delante de él, somos dignos de entrar en la presencia divina solamente con sacrificio : De Cristo. Cuando el soldado retiró su lanza del lado de Cristo, brotó el fuego imparable de la caridad de Cristo, y el corazón desinflado de Nuestro Señor enseñó una lección que el mundo nunca habÃa visto: el corazón de un cristiano es preservado por darse a sà mismo; Se expande cuando se ha vaciado completamente. Cristo quiere entrar en nuestro corazón, pero nada nos hace más dignos de él que nuestro esfuerzo consciente de aceptar dolores y sufrimientos por amor a él. Abandonarse, desapegarse, tomar el camino más difÃcil ... éstos no nos destruirán; Nos vivificarán.
Conversación con Cristo: Señor, sé que mis desordenadas pasiones y debilidades me alejan de ti. Ayúdame a reordenar mi vida. Con tu Sagrado Corazón como mi luz, sé que no necesito temer la pérdida de nada en esta tierra mientras te haya preservado en mi vida y mi misión.
Resolución: Ofreceré un sacrificio especial en un área donde a menudo soy demasiado indulgente.