- Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo
John 6: 51-58
"Yo soy el pan vivo que descendió del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan que daré por la vida del mundo es mi carne. "Entonces los judÃos discutieron entre sÃ, diciendo:" ¿Cómo puede este hombre darnos su carne para comer? Jesús les dijo: De cierto os digo que si no coméis la carne del Hijo del hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. Los que comen mi carne y beben mi sangre tienen vida eterna, y yo los levantaré en el último dÃa; Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. Los que comen mi carne y beben mi sangre permanecen en mÃ, y yo en ellos. Asà como el Padre Viviente me envió, y yo vivo por el Padre, asà quien me coma vivirá por mÃ. Este es el pan que descendió del cielo, no como el que comieron sus antepasados, y murieron. Pero el que come este pan vivirá para siempre ".
Oración Introductorial: Señor Jesús, hoy renuevo mi fe en tu verdadera presencia en la EucaristÃa. Yo creo que ustedes bajan del cielo para estar presentes en el anfitrión en cada Misa y permanecer conmigo en el Tabernáculo. Tú eres la fuente de mi esperanza. Anhelo estar más unido a ti a través de este don de ti mismo.
Petición: Señor, aumenta mi devoción a ti en la EucaristÃa.
1. Miedo no; Soy yo: HabÃa un obispo que hablaba en broma del hecho de que no era muy guapo; De hecho, no tenÃa ningún problema en reconocer que era muy feo. Un dÃa, una señora que apreciaba a este santo hombre se le acercó y le pidió que firmara una foto de él que acababa de comprar. QuerÃa enmarcarlo y colgarlo en su sala de estar. El obispo escribió en la foto: "No temas, yo soy". Aunque en la EucaristÃa vemos un pedazo de pan, creemos que detrás de este velo está el cuerpo de Cristo. Asà que no temas, es Cristo.
2. ¿Cómo puede ser esto? Los judÃos discutieron con Jesús acerca de esta difÃcil verdad que encontraron extremadamente difÃcil de aceptar. Asà también muchos de los que van a misa el domingo no creen realmente en la presencia real de Cristo en la EucaristÃa. A veces, tal vez incluso recibimos la EucaristÃa con cierta falta de conciencia de lo que estamos haciendo. De esta manera, como estos judÃos, permitimos que una semilla de duda entre en nuestros corazones. Es importante preguntarnos: "¿Qué hago para asegurar que recibo a Cristo en la EucaristÃa con las disposiciones adecuadas de fervor, anhelo, gratitud, ofrenda, etc.? ¿Es lo que estoy haciendo en la actualidad?
3. Nunca morirás: En el corazón de cada hombre, mujer y niño suyo anhela vivir para siempre. En la tierra, sólo la EucaristÃa, el mismo Cristo, puede satisfacer esa sed de lo eterno. Por eso podemos experimentar tanta paz y alegrÃa cuando vivimos una verdadera devoción a la EucaristÃa y recibimos a Nuestro Señor con gran reverencia, fe y amor. En verdad, la EucaristÃa es el pan de la vida.
Conversación con Cristo: Señor Jesús, creo, pero ayudad a mi incredulidad. Dame tu Cuerpo en la EucaristÃa, y concédeme la gracia de crecer cada dÃa en mi fe en tu presencia real en la EucaristÃa.
Resolución: Intentaré llegar a una misa adicional en algún momento durante la semana.