- Sexto Domingo de Pascua
John 14:15-21
Jesús dijo a sus discÃpulos: "Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo pediré al Padre, y él te dará otro Abogado, para estar contigo para siempre. Este es el EspÃritu de verdad, al que el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes lo conocen, porque él permanece con ustedes, y él estará en ustedes. No te dejaré huérfano; Yo voy a ti. En poco tiempo el mundo ya no me verá, pero tú me verás; Porque yo vivo, tú también vivirás. En aquel dÃa sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mÃ, y yo en vosotros. Los que tienen mis mandamientos y los guardan son los que me aman; Y los que me aman serán amados por mi Padre, y los amaré y me revelaré a ellos ".
Oración Introductorial: Señor, al comenzar esta oración te ofrezco todo mi ser: mis pensamientos, deseos, decisiones, acciones, esperanzas, miedos, debilidades, fracasos y pequeños éxitos. Abro todo mi ser a ti, consciente de que ya lo sabes todo. Estoy seguro de tu misericordia y el poder purificador de tu mirada penetrante y amorosa.
Petición: Señor, quiero creer en tu amor personal y apasionado por mÃ.
1. Intimidad con Jesús: Cuando miramos la cruz, necesitamos recordarnos que él murió allà para cada uno de nosotros, para "mÃ". Murió para perdonar mis pecados y derramar su vida divina en mi alma. Él quiere que no haya divisiones entre nosotros, barreras causadas por el pecado. Quiere que nos unamos en todas las cosas. Por eso dice: "Si me amáis, guardaréis mis mandamientos". Quiere que nuestras voluntades estén unidas, porque su voluntad representa nuestro verdadero bien. Pide nuestra obediencia por amor, no por miedo. Hay una tendencia en la sociedad actual a separar el amor de la obediencia. El amor de Dios se reduce a un vago sentimiento de buena voluntad hacia Dios y los demás. El amor requiere sacrificio. El amor es autodonación. Pide a Jesús la gracia de amar como él nos ha amado.
2. Intimidad con el EspÃritu Santo: Jesús prometió a sus discÃpulos otro defensor, uno que permanecerÃa con ellos para siempre. Los discÃpulos se molestaron al oÃr a Jesús hablar de su muerte y partida. Estaban angustiados al pensar en sà mismos solos en el mundo, con todas sus esperanzas y planes cayendo a su alrededor. Jesús no querÃa dejarlos solos, ni quiere dejarnos solos. No nos deja huérfanos en el mundo; Nos envÃa un ayudante, un regalo de amor. En el EspÃritu Santo, encontramos un guÃa y un amigo, otra persona que permanece dentro de nosotros. Nunca estamos solos. Él siempre está con nosotros, incluso cuando nos sentimos abandonados por otros.
3. La intimidad con el Padre: "El que me ama, será amado por mi Padre". Ahora nos volvemos al Padre, y nosotros venimos a él por medio de Jesucristo. El plan del Padre desde toda la eternidad era amarnos en su Hijo. Quiere amarnos con un amor paternal, amarnos con el mismo amor que tiene por su Hijo unigénito desde toda la eternidad. ¡Cuánto Dios nos ama! Él quiere atraernos a su relación viva y eterna de amor. De mil maneras diferentes nos está llamando, invitándonos, tirándonos hacia él. Jesús revela a un Dios Triuno, y nos invita a compartir la comunión de vida y amor que es la SantÃsima Trinidad.
Conversación con Cristo: Jesús, ayúdame a creer en ti y en tu amor. Imprime tu amor profundamente en mi corazón. Quiero permanecer en tu amor siempre. Quiero permanecer en el amor del Padre y del EspÃritu Santo, pero necesito tu fuerza y ​​gracia. Ayúdame a dejar a un lado cualquier cosa que te desagrade.
Resolución: Haré tres comuniones espirituales con Jesús durante el dÃa.