Solemnity of All Saints (ABC)

FIESTA DE TODOS LOS SANTOS.

Hermanos y hermanas:

La fiesta de hoy es para todos nosotros una invitación a la santidad. Por un lado admiramos a los héroes canonizados que siguieron a Jesucristo en esta vida practicando las virtudes y que la Iglesia ha proclamado como modelos de vida que todos podemos imitar; y por otro lado recordamos a nuestros difuntos, humildes santos anónimos. Son nuestros santos familiares, gente de nuestro pueblo, de nuestra misma calle; gente como nosotros que consiguieron recorrer el camino hasta llegar al cielo.

1.  ¿Quiénes son los santos? Me parece una buena definición la que dio una niña de la catequesis cuando le hicieron esta pregunta: "Son esos hombres y mujeres que están en las vidrieras de la iglesia y que a través de ellos pasa la luz del sol". Y es verdad, santo es pues, el alma en gracia que ha conservada intacta la imagen de Dios, o la ha reconstruido y perfeccionado durante toda su vida sin estropearla con el pecado y que la transmite a los demás en su propia vida.

No les resultó fácil superar los obstáculos que se cruzaban en su camino. Se fatigaron para dar paso al bien en sus almas y no se dejaron sobornar por las trampas que les salieron al paso. Ser santos no es hacer milagros, ni dejar obras sorprendentes para la historia. Esos santos que hoy celebramos nos demuestran que seguir a Cristo es posible, y que eso es la santidad. Algunos han dejado huella profunda. Otros han pasado desapercibidos.

2.  ¿Cuántos son los santos? El Apocalipsis habla de una multitud inmensa que nadie podía contar; hombres y mujeres, de toda raza, edad y condición, que se desvivieron por los demás, que vencieron el egoísmo, que perdonaron siempre. Van todos peregrinando y, como en las procesiones, una parte de ellos ya entró en el templo y otra continúa todavía en el camino. Su itinerario los ha llevado a recorrer una por una las Bienaventuranzas que predicó Jesús. "Dichosos los pobres en el espíritu, los sufridos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón". A ejemplo de ellos hemos de esforzarnos por vivir ese mismo programa.

3.  Y yo ¿puedo ser santo? Los santos no han sido ángeles, ni héroes de otro planeta. Son personas que han vivido en este mundo en tiempos tan difíciles o más que los nuestros; pero han aprendido a amar. Su ejemplo debe animarnos para continuar nuestro camino llenos de esperanza. Ellos ya llegaron a la meta y nos animan a vivir una vida cristiana más intensa y más vigorosa. Si ellos pudieron ¡también yo puedo ser santo con la gracia de Dios!

            La Iglesia ha beatificado hace unos días a más de quinientos mártires que murieron por su fe en la persecución religiosa de España en 1936. Sus parientes y amigos, o sus descendientes, los conocieron personalmente. Todos sus pueblos les rezan ahora para que intercedan a Dios por nosotros. ¡Seamos, pues, los santos de nuestro tiempo!