Third Sunday of Easter (C)
Readings
Acts 5:27-32, 40-41 Psalms 30:2, 4, 5-6, 11-12, 13 Revelation 5:11-14 John 21:1-19 or 21:1-14Third Sunday of Easter, Year C (C 3 Pascua)
EL CRISTIANO ES UN HOMBRE QUE VE AL SEÑOR
Dos semanas después de la resurrección de Jesús, los discípulos deciden volver a lo de antes, a la pesca, al trabajo humano. Abandonan Jerusalén y se van al norte, a su lago. Llevan la impresión de que las apariciones han terminado y ahora hay que sudar para ganarse la vida. ¿Acaso olvidaron ya lo que el Señor les dijo: "Os haré pescadores de hombres"? Parece que sí.
1. Aquellos pescadores experimentados se embarcaron esa noche con la ilusión de llenar las redes. Pero amanece y las redes están vacías. Pedro, ¡Qué pronto olvidaste las palabras de tu Maestro: "Rema mar adentro"! Pronto las volverás a escuchar.
¡Cuántas veces nos pasa lo mismo que a Pedro! Vivimos grandes experiencias al lado de Cristo: nuestro bautismo, nuestra primera comunión, nuestra confirmación, nuestro matrimonio. Escuchamos al Señor mismo que nos dice: "Tira las redes a la derecha y encontrarás peces" pero hacemos como los apóstoles: Volvemos a lo de antes, buscamos un poquito de felicidad precisamente allí donde ya sabemos que no la vamos a encontrar; porque nunca encontraremos mayor felicidad que la que hemos encontrado en el mismo Cristo.
2. Cristo no deja sólo a Pedro. No nos deja solos. Tras la fatigosa noche, Pedro vuelve a encontrar la felicidad. ¡Todo se ilumina! La noche queda atrás cuando el discípulo amado le dice que quien está en la orilla es el Señor. Juan lo ve y Pedro no lo ve. ¿Por qué Pedro no percibe esa presencia si los dos escucharon la misma voz? Todos la escucharon. ¿Acaso se pusieron de acuerdo el discípulo amado y Jesús para ayudar a Pedro? No. Lo que ocurre es que Juan vivía en otra sintonía... más cerca de Cristo. Juan sabe descubrir su presencia porque tiene un "sexto sentido". Le resulta fácil reconocer a su Maestro. En medio de la bruma sabe decir: "¡Es el Señor!".
3. Jesús siempre nos espera en la orilla del lago, observando cómo trabajamos. Hace falta adquirir la buena vista de Juan para descubrir a Jesús que siempre está allí a nuestro lado para cuidarnos, orientarnos, salvarnos. Juan es como aquellos buenos amigos que siempre solucionan nuestros problemas. Un consejo, una palabra, alguna mirada, una noticia... Cuántos cambios realizan en nosotros. Juan le cambió el día a Pedro.
Hagamos el propósito de descubrir a Jesús en todos los acontecimientos de nuestra vida. En lo bueno y en lo malo digamos: "Es el Señor". No corramos el riesgo de trabajar toda la noche y amanecer con las redes vacías. La pureza de intención es esa actitud que nos permite descubrir en todo la Voluntad de Dios y nos ayuda a perseverar en nuestra decisión de hacer siempre y solamente lo que Dios quiere.
Third Sunday of Easter, Year C
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