Homily Packs

Feast of the Presentation of the Lord

Fiesta de la Presentación

 

¡Ha llegado el consuelo de Israel!

 

El segundo capítulo del Evangelio de Lucas es una obra maestra de la literatura. Muchas líneas de significado convergen en la narración de esta única historia del nacimiento del Mesías. En la superficie, tenemos algo muy común: un anciano con ojos ilusionados en un templo que da la bienvenida a una joven pareja pobre que ha venido a presentar a su hijo. Sin embargo, debajo de este simple evento, ¡tenemos mucho más!

 

Para profundizar en este pasaje, debemos mirar a una antigua profecía judía.  Fue la profecía conocida como “Consolación de Israel” y proviene del Libro de Isaías.

 

Isaías habló duras palabras a Israel en la primera mitad de sus declaraciones proféticas.  Hasta el capítulo cuarenta, el tono de Isaías es pesimista. Pero en la segunda mitad de sus profecías, que comienza en el capítulo cuarenta, hay un marcado cambio de tono. Los mensajes proféticos miran ahora hacia un futuro consolador.  Después de las dificultades vendrá la sanación, la redención y la restauración de Israel.  El futuro sería consolador porque se produciría un nuevo éxodo liderado por el Mesías. 

 

Y así, para cualquier judío fiel, “esperar el consuelo de Israel” significaba esperar al Mesías y al Nuevo Éxodo.  Una pareja de estos fieles judíos se encuentra hoy en la puerta del Templo.  Y esto nos lleva al hombre de ojos estrellados que está parado a la puerta del Templo.

 

Simeón es un judío fiel por excelencia. Sabe por intuición profética que vivirá para ver el día en que Israel reciba su consuelo. Su cuerpo es viejo y está casi vacío de fuerzas, pero su corazón es espiritualmente joven y está lleno de esperanza.

 

El “estar a la puerta” de Simeón también significa algo. En tiempos de Jesús, el pueblo judío había logrado reconstruir su Templo, no una sino dos veces. Y, sin embargo, la reconstrucción del Templo no fue como la primera. En el primer Templo, el Arca de la Alianza se guardaba en un espacio sagrado y la gloria de Dios llenaba el Templo. Cuando el pueblo judío reconstruyó el Templo por segunda vez, al momento de inaugurar el Templo, la gloria del Señor no descendió sobre el Templo. Asimismo, el Arca de la Alianza se había perdido.

 

Y, así, el pueblo judío que entraba al Templo ya no miraba hacia adentro para encontrar a Dios. En el interior no había ningún Arca; no había ninguna nube de gloria que revelara la presencia de Dios. En cambio, sabían que la gloria del Señor algún día volvería a llenar el Templo, y por eso miraron hacia afuera, esperando. Y es en esta postura existencial de espera que vemos a Simeón a las puertas del Templo, esperando ver en el horizonte la venida del Señor.

 

En una cueva, el Arca fue escondida por Jeremías, y la Nueva Arca, María, sale de una cueva en Belén para regresar al Templo, llevando en sus brazos la Gloria del Señor Jesucristo.

 

Cuando María, José y el niño Jesús llegan al Templo, Simeón recibe tanto el Arca como la Gloria de Dios. El Arca es María, la Nueva Arca, la que llevó en su seno al Niño Jesús. Jesús es la luz de Dios, la Gloria de Dios, el nuevo Templo. El Templo recibe así finalmente sus preciadas posesiones, tanto el Arca como la Gloria de Dios.

 

La postura existencial de Simeón fue la de estar atento a la venida del Señor. Simeón estaba listo; deseaba más que cualquier otra cosa algún día encontrarse con el Señor. Este pasaje nos habla hoy con un poderoso imperativo moral: cada cristiano está llamado a asumir también esta postura existencial. Debemos preparar nuestro corazón para recibir al Señor cuando venga.

 

  • Esta venida del Señor ocurre en cada Misa, donde nosotros, como Simeón, recibimos la misma gracia. Al contemplar la Eucaristía, verdaderamente nuestros “ojos han visto tu salvación” (Lucas 2:30).
  • Esta venida del Señor ocurre cada vez que abrimos la palabra viva de Dios en las Escrituras.
  • Esta venida del Señor ocurre cada vez que encontramos a un hermano o hermana necesitado.

 

Hoy, asegurémonos de que la puerta de nuestro corazón, el templo de Dios que es nuestra alma, esté abierta de par en par para la venida de Jesús.

Feast of the Presentation

The Consolation of Israel Has Arrived!

The second chapter of Luke’s Gospel is a masterpiece of literature. So many lines of meaning converge into the<

View a Sample Homily Pack

Ingredients for your homily!

Sign Up!

Don't have an account yet? Sign up here to get a clergy account and gain access to the full range of ePriest.com services.

At ePriest, we are dedicated to supporting Catholic priests as they serve their people and build up the Church.

We invite you to explore our resources to help your own ministry flourish!

Sign Up Now