Solemnity of Christ the King (B)
B Cristo Rey
REY DE CORAZONES
Jesucristo es el Señor. “A Él se le dio poder, honor y reino”. Creemos en Él como Hijo de Dios que se ha encarnado en Jesús de Nazareth; como hermano que ha sido glorificado; como Palabra de Dios que nos ha salvado; como muerto que ha resucitado. Cristo es el Rey que está al servicio de la verdad. ¿Qué es la verdad? preguntó Pilato y sigue preguntando el hombre de hoy. Ha venido a este mundo para ser “testigo de la verdad”. La fiesta de Cristo Rey es el broche de oro del año litúrgico y compromete a todo cristiano a luchar para establecer su Reino en su propio corazón, en la sociedad y en el mundo entero.
Hermanas y hermanos:
1. Hoy cerramos el año litúrgico, y la Iglesia nos invita a concentrar toda nuestra mente y nuestro corazón en quien es el centro de nuestra fe, el principio y el fin de la misma, Jesucristo el Señor. Hoy queremos proclamar a Jesucristo como Rey, como aquel personaje que condensa en sí todas las aspiraciones de la humanidad.
2. En nuestra vida cristiana, Cristo Rey ejerce su dominio: sobre nuestra inteligencia por medio de la fe, sobre nuestro corazón por medio del amor, sobre nuestra voluntad y sobre nuestra vida por la sumisión a su Voluntad. Es el alfa y la omega de todo lo que pensamos, de todo lo que amamos y de aquello que somos. Una pregunta surca la historia de la humanidad: ¿Quién soy para ti? Jesús es poco amado porque es poco conocido. Jesús es poco seguido, Jesús es la Verdad más profunda que tenemos.
3. ¡Yo soy la Verdad y la vida! Dice Jesús. Sabemos que la Verdad nos hará libres. ¡Pero qué difícil es vivir la propia verdad como criatura, creyente y apóstol! ¿Qué es la verdad? ¿Un deseo sincero de instruirse? ¿Es indiferencia, escepticismo, ironía? Jesús, testigo de la Verdad está ante el tribunal del mundo. Es frecuente que juzguemos a Jesús. ¿Qué es la verdad en nuestra vida de cristianos? No debemos temer a la verdad de nosotros mismos. Pedro tuvo conciencia de ella un día y dijo a Jesús: “Apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador”. No debemos tener miedo.
Hermanos: Estamos llamados a ser testigos de la Verdad, una especie de resplandor de Jesús. La Verdad, que es Dios, brilla para todos, aunque muchos se sientan ofuscados por tanta claridad y prefieren cerrar los ojos por comodidad. Celebremos hoy la fiesta de Cristo rey en la humildad y en la sencillez; celebrémosla en el silencio de un amor generoso, totalmente volcados al servicio de la humanidad. Nuestro rey viene del cielo: Es el triunfo del amor sobre el odio, de la humildad sobre el orgullo, del servicio fraterno sobre el amor.
El cristiano debe ser un apasionado del Reino. Apasionado en la lucha por conseguir que el hombre viva con más verdad y vida, más santidad y gracia, más justicia, amor y paz. “Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas”, como bien dice San Agustín. Que así sea.
Solemnity of Christ the King, Year B
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