Third Sunday of Lent (B)

B 3 Cuaresma                                                         

PREDICAMOS A CRISTO CRUCIFICADO

El tema de fondo de las lecturas de hoy es la fe. Cristo nos ha salvado para que seamos libres, acogiendo los diez mandamientos como una respuesta al amor de Dios, pero nuestra fe puede enfrentarse con los problemas de aquellos hombres que acechaban a Jesús hace dos mil años:  con el escándalo de los judíos y la locura de los griegos. El viernes santo contemplaremos la cruz de Cristo pero no caigamos en el error de ese escándalo ni de esa locura. Más bien busquemos identificarnos con Cristo crucificado y renovemos el misterio de la redención en nuestra propia vida. La Pascua nos llevará a la conversión a través de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

Hermanas y hermanos:

1.  Pensemos en nuestra conversión. Practiquemos un estilo de vida más conforme a la Pascua de Cristo. Pascua es paso a la novedad. Pascua nos interpela. No deben ser sólo ¡aleluyas! y admiración por la poderosa acción de Dios que resucita a Cristo. Pascua es también respuesta nuestra a Dios. Como lo fue el decálogo para los israelitas. La recepción de los sacramentos de la eucaristía y de la confesión es la mejor expresión de nuestra coherencia. ¿Qué es comulgar?

Comulgar es aceptar la Alianza que Cristo conquistó en la Cruz. El Cáliz de la Sangre de Cristo es la "Sangre de la Nueva Alianza". Alianza que hicimos con Dios el día de nuestro bautismo y que renovaremos en la Vigilia Pascual. Delante de todos hemos renunciado a lo que no sea conforme con los mandamientos y proclamamos nuestra fe en Dios, en Cristo, en su Espíritu, en la Iglesia.

2.  El Evangelio de hoy tiene como fondo el verdadero amor: Cristo crucificado y resucitado nos lleva al conocimiento y adoración de Dios. "Alta cátedra en que estás, dando lección de corrido... Manos, pies, costado y sienes, lo atestiguan hilo a hilo", dice el poeta Rafael Laffon. Para quien se abre a la fe, la cruz se convierte en la gran señal, en la sabiduría divina al alcance de los más pobres. La cruz destruye el templo donde es adorado el yo y descubre el poder resucitador de Jesús.

3.  Dios encuentra un modo nuevo de revelarse por medio de la cruz, la única capaz de movernos a la conversión, cuando ni la sabiduría ni los milagros convierten al hombre racionalista. A Dios no se le conoce ni se llega sino a través del misterio de la cruz. Dice el místico medieval: "Tú me mueves, Señor: muéveme el verte clavado en esa cruz y escarnecido; muéveme ver tu cuerpo tan herido; muéveme tus afrentas y tu muerte".

Se acerca la semana santa. Este año tienes la posibilidad de vivirla con más atención y fervor si te preparas desde ahora con la confesión y la eucaristía. Explica a tus hijos el significado de cada rito. Recuerda que el mandamiento de la Iglesia nos pide "confesarse y comulgar por lo menos una vez al año, por la cuaresma". Es lo mínimo para sobrevivir.