Readings
Reading I: Numbers 21:4-9 |
Preaching TipOur Primary Duty As priests, what is our primary duty? The Second Vatican Council didn't hem and haw about the answer:
Is that how we think of ourselves? It's worth reflecting about. Even the celebration of the sacraments finds its fullest meaning in the context of that mission:
Fulfilled in Your Hearing, United States Conference of Catholic Bishops, 1982 |
LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
"Es necesario que el hijo del hombre sea levantado para que todo el que crea en él tenga la vida eterna" nos dice San Juan en el Evangelio de hoy. La exaltación de la cruz, fiesta que estamos celebrando, ha de ser para nosotros ocasión para recordar y proclamar muy alto que Cristo ha muerto en la cruz para redimirnos, y que todos los que son de Cristo no pueden pretender otra gloria que ésta. Tengamos, pues, los mismos sentimientos que tuvo Cristo y no queramos conformarnos a este mundo.
Hermanas y hermanos:
1. Jesús nos invita a seguirlo, abrazando la cruz de cada día. "El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga". En la Cruz de Jesucristo Dios nos manifiesta su amor. Saber sufrir con amor es la sabiduría de Dios. La exaltación de la santa Cruz nos permite conocer un aspecto de su corazón, que sólo Dios podía revelarnos: La herida provocada por el pecado y por la ingratitud del hombre se convierte en fuente, no solo de una sobreabundancia de amor, sino también de una nueva fuerza de vida.
2. Pero no existe solamente la cruz de Cristo, existe también nuestra cruz. ¿Cuál es esta cruz? La muerte, la enfermedad, las numerosas heridas que el hombre recibe en la carne y en el corazón, se convierten para las criaturas en una ocasión para dejarse invadir más intensamente por la vida misma de Dios. La pasión de Cristo está todo el año y todos los días en nuestras calles, en cada hombre o mujer que sufre. En cada uno de estos hermanos nuestros, Cristo "sufre y muere", pues se identifica con ellos. Toda deformación y cicatriz en el rostro del hombre es bofetada en el de Cristo. "Jesús estará en agonía hasta el fin del mundo", decía Pascal.
3. La cruz marca surcos profundos en las espaldas y en el corazón. Lo que cuenta no es que la cruz esté hecha a tu medida. Lo esencial es que tú seas a la medida de Cristo. La cruz desgarra, arranca la piel, aplasta, doblega. Esa cruz que te cae encima en el momento menos oportuno: una enfermedad, aquel golpe cobarde que te ha venido de un amigo, aquella frase que tenía el chasquido de un latigazo, aquella calumnia que te ha dejado sin respiración, es "tu" cruz. Esa cruz que te parece excesiva, y desproporcionada a tus débiles fuerzas es la "tuya".
Lo importante de la cruz es lo que señala y significa, lo que nos dice y nos recuerda; porque la cruz es una señal, la señal de los cristianos. Necesitamos recuperar el valor de la cruz. El cristiano hoy padece innumerables cruces que lo agobian y ponen en el límite su fe y esperanza.
Tengamos siempre en nuestras casas la Santa Cruz. Un crucifijo que nos recuerde lo mucho que Jesús sufrió por salvarnos. Y ojalá besemos de vez en cuando sus manos y sus pies. Así lo hacían siempre los santos. Si somos discípulos de Cristo estaremos siempre con él en la cruz.
The Exaltation of the Holy Cross
“[T]he Son of Man must be lifted up, so that everyone who believes in him may have eternal life” St John tells us in today’s Gospel. The Exaltation of the Holy Cross, the feast we are celebrating, should be for us an occasion to remember and manifestly proclaim that Christ died on the Cross to redeem us, and no one who is in Christ can claim another glory than this. Let us, then, put on the same sentiments as Christ, not desiring to conform ourselves to this world.
Brothers and sisters:
1. Jesus invites us to follow him, embracing the cross daily. "Whoever wishes to come after me must deny himself, take up his cross and follow me." In the Cross of Jesus Christ God shows us his love. Knowing how to suffer with love is the wisdom of God. The Exaltation of the Holy Cross allows us to know one aspect of God’s heart that only he could reveal: The wound caused by sin and man’s ingratitude becomes a source not only of an overabundance of love, but also a new life force.
2. There’s not only the cross of Christ; there is also our cross. What is this cross? Death, disease, the many wounds that man receives in his body and in his heart – for us creatures, these become an occasion to let ourselves be overtaken more intensely by the very life of God. Christ’s Christ is all year round and every day in our streets – in every man or woman who suffers. In each of these brothers and sisters of ours, Christ "suffers and dies" because he identifies with them. Any deformation and scar on the face of man is slap in Christ’s face. "Jesus will be in agony until the end of the world," said Pascal.
3. The cross etches deep grooves in one’s shoulders and on your heart. What counts is not that the cross is made for you; rather what is essential that you be tailored to Christ’s measure. The Cross tears, rips your skin, crushes, doubles you over. That cross that falls upon you at the worst moment, an illness, a cowardly blow from a friend, a quip that fell like the crack of a whip, some calumny that has left you breathless – it is "your" cross . The cross that seems excessive and disproportionate to your weak resources is "yours".
What’s important about the cross what it points to and what it means, what it says to us and what it reminds us of – because the Cross is a sign, the sign of a Christian. We need to recover the value of the cross. Christians today have countless crosses that overwhelm them and put their faith and hope to the test.
Let us keep the Holy Cross in our homes: a crucifix to remind us how much Jesus suffered for our salvation. Hopefully we kiss his hands and feet from time to time, as the saints did. If we are Christ’s disciples, we will always be with him on the Cross.