Readings
Reading I: Deuteronomy 6:2-6 |
Preaching TipPreaching and Praying The great Swiss theologian Hans Urs von Balthasar minced no words when he explained the true heart of effective preaching:
[Taken from von Balthasar’s book, Prayer, p68; quoted in Fr. Thomas Dubay, S.M., Seeking Spiritual Direction, p65.] |
31st Sunday in Ordinary Time, Year B
CON TODO EL CORAZÓN
“Se le acercó uno de los escribas que le preguntó: ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos? Jesús contestó: Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.
El amor es algo muy serio, por eso es natural asumirlo en forma absoluta y totalitaria. “amarás con todo el corazón”. ¿Por qué con todo? Porque el amor no soporta límites ni medidas. No se puede amar “un poco”. Por eso san Bernardo insistía en que “la medida del amor es amar sin medida”.
Hermanas y hermanos:
1. Esta totalidad mide la felicidad y el valor de una existencia; sólo en el amor puede el hombre rescatar su vida del naufragio. Jesús habla del corazón, del alma, de las fuerzas porque implica toda la capacidad de comprender, todas las energías afectivas, todo el dinamismo de la acción. Cuando el amor a Dios y al prójimo es así, él solo basta. Como dice San Agustín “Ama y haz lo que quieras”. El amor es totalitario también en otro sentido: engloba toda la moral y la espiritualidad cristianas. Las demás virtudes son aspectos de la caridad. Si al practicarlas no está presente la caridad se hacen estériles. Entrega, generosidad, obediencia, pobreza, se convierten en valores auténticos solamente cuando son formas de amar.
2. La palabra más grande y de mayores consecuencias que un padre puede decir a su hijo es: “te amo”. El amor está fuera de lo humano, de lo terrestre, es iniciativa de Dios. Escribe Lewis, hablando de la caridad, que “el amor natural va siempre dirigido a objetos que el enamorado considera en cierto modo intrínsecamente dignos de amor. Pero el amor divino impulsa al hombre a amar también lo que no es naturalmente digno de amor: los leprosos, los criminales, los enemigos, los retrasados mentales, los amargados, los orgullosos y los despreciables”.
3. Los cristianos se preguntan hoy por su identidad “¿Qué es en el fondo ser cristiano? ¿Qué es lo más importante? Jesús no le respondió con el primer mandamiento, sino con el primero y el segundo, que forman uno sólo. Ahí está la novedad. No se trata de dos mandamientos jerarquizados, sino de uno sólo. El orden no es de importancia, sino de lógica: el amor que Dios nos tiene es la fuente de donde mana nuestro amor a Él y a los demás hombres. Nosotros queremos ser amados por nuestra inteligencia, belleza, generosidad, honradez, eficacia. Cuando vemos que alguien nos está ofreciendo amor supremo, la caridad, esto nos produce un impacto terrible. Recibir es más duro y tal vez más meritorio que dar.
Como el letrado del evangelio, hay que preguntarse de nuevo: ¿qué es lo más importante?,¿Qué es lo que de verdad salva nuestra vida, lo que da paz verdadera a nuestra conciencia, lo que quedará más allá de la fugacidad de la vida humana? Así no sería difícil ser hermanos. ¿Es tan difícil proponerse ir dejando en cada hermano que se cruza en nuestro camino una huella de amor, de cariño, de respeto, de aprecio a su dignidad, de aliento y compromiso por la construcción de un mundo más humano y fraterno? Será difícil, pero es lo esencial, lo principal, lo primero, porque "amar al prójimo vale más que todos los holocaustos y sacrificios".
31st Sunday in Ordinary Time, Year B
WITH ALL YOUR HEART
“One of the scribes came to Jesus and asked him, ‘Which is the first of all the commandments?’ Jesus replied, ‘The first is this: Hear, O Israel! The Lord our God is Lord alone! You shall love the Lord your God with all your heart, with all your soul, with all your mind, and with all your strength.”
Love is a very serious matter; that is why it natural to take it on fully and totally: “You shall love with all your heart”. Why with “all”? Because love cannot bear limits or being measured. You cannot love “a little”. That’s why St Bernard insisted that “The measure of love is to love without measure.”
Brothers and Sisters,
1. This totality is what measures our happiness and the value of our life; only in love can man rescue his life from capsizing. Jesus speaks of the heart, soul, and strength because it implies all our capacity of understanding, all our emotional strength, all our dynamism of acting. When love for God and neighbor is like this, it alone is enough for us. As Saint Augustine says: “Love and do as you will.” Love is total in another sense: it embraces all of Christian morality and Christian spirituality. The other virtues are only aspects of charity; if we practice them without charity, they become sterile. Self-giving, generosity, obedience, and poverty become authentic values only when they are ways of loving.
2. The greatest and most consequential word a father can speak to his son is: “I love you”. Love is beyond what is human or terrestrial; it is God’s initiative. C.S. Lewis, in Four Loves, writes, speaking of charity, “natural Gift-love is always directed to objects which the lover finds in some way intrinsically lovable …. But Divine Gift-love in the man enables him to love what is not naturally lovable; lepers, criminals, enemies, morons, the sulky, the superior, and the sneering.”
3. Today, Christians ask about their identity: What does it really mean to be Christian? What is most important? Jesus did not respond with the first commandment, but rather with the first two, which together form but one commandment. This is the novelty. It’s not about two commandments in a hierarchical order, but one sole commandment. What’s important is not the order, but the logic: The love God has for us is the source of our love for him and our neighbor. We want to be loved for our intelligence, beauty, generosity, honesty, efficiency. When we see someone offering us supreme love, charity, this produces an incredible impact. Receiving is harder and perhaps more meritorious than giving.
Just like the scribe of the Gospel, we must ask ourselves again, “What is most important? What truly saves our lives, gives true peace to our conscience, remains after the fleetingness of human life?” With this, being brothers and sisters is not difficult. Is it so difficult to leave in each brother or sister that crosses our path an token of love, kindness, respect, appreciation for their dignity, encouragement, and commitment, for the construction of a more human and fraternal world? It will be difficult, but it is essential, primary, first, because “to love your neighbor as yourself is worth more than all burnt offerings and sacrifices.”