ePriest.com: Your Spanish Homily

Readings

Reading I: Isaiah 42:1-4, 6-7
Psalm: Psalms 29:1-2, 3-4, 3, 9-10
Reading II: Acts 10:34-38
Gospel: Luke 3:15-16, 21-22

Preaching Tip

Thinking with the Church

 

As Catholic clergy, we were taught in seminary (hopefully!) to think with the mind and heart of the Church.  This means many things, one of them being that the pastoral goals of the Church from the Holy father down to our own bishop, should be made our own. 

 

In our day, a “pastoral goal” of the Church is to promote a deeper understanding of baptism.  Both Vatican II and the CCC have wanted to highlight the sacrament and give it a prominent place within the life of a Christian. 

 

For example, the council called for the restoration of the Catechumenate and took much of its inspiration for RCIA from the early Church, particularly the baptismal practices of the Third and Fourth Centuries.

 

This is also seen for example in the November 2000 USCCB document Built of Living Stones: Art, Architecture, and Worship.

 

It states:

 

§ 66 The rites of baptism, the first of the sacraments of initiation, require a prominent place for celebration. Initiation into the Church is entrance into a eucharistic community united in Jesus Christ. Because the rites of initiation of the Church begin with baptism and are completed by the reception of the Eucharist, the baptismal font and its location reflect the Christian's journey through the waters of baptism to the altar.

 

This integral relationship between the baptismal font and the altar can be demonstrated in a variety of ways, such as placing the font and altar on the same architectural axis, using natural or artificial lighting, using the same floor patterns, and using common or similar materials and elements of

design.

 

A great way therefore to “think with the Church” is to strive through preaching and celebration that baptism is never seen by our flock as merely a rite of passage for infants that becomes a distant event in their lives.  Rather, holy baptism should be a source of grace that imbues every day of life with divine life.  Baptism opens the door to the altar of God where the eucharistic feast is presented. 

 

In short, we can’t really make too much of baptism! 

Bautismo del Señor (C)                                  

BAUTIZADOS PARA TRANSFORMAR AL MUNDO

La Epifanía fue la manifestación de la divinidad de Cristo ante el mundo, y su bautismo es una nueva “epifanía”; Dios mismo revela a su pueblo que Jesucristo es su Hijo. Cuando se oyó la voz del Padre, el cielo se abrió para todos nosotros. Con Cristo, celebramos también nosotros nuestro bautismo, que es nuestro nacimiento a la vida de la gracia.

Hermanas y hermanos:

1.  Refiere san Lucas que cuando todo el pueblo se hacía bautizar por Juan, también Jesús acudió a hacerse bautizar. ¿No es acaso lo que ya había hecho por el misterio de su Encarnación: Mezclarse con los hombres y entrar en la corriente de su historia? Había venido a hacerse solidario de los hombres en todo; no en el pecado, pero sí en las consecuencias del pecado. Esta es la novedad de su doctrina. Jesús se acerca a los pecadores como amigo; no como el moralista que busca culpables, ni como el juez que dicta condenas, sino como el hermano que predica el perdón.

¡Cuántas veces las personas que han caído y a las que fácilmente condenamos, están necesitando más que nuestras críticas ligeras, una comprensión y una ayuda que les dé fuerza para renovar su vida!

2.  El bautismo de Jesús fué como su presentación en sociedad por parte de Dios. Dios rompe su silencio, irrumpe públicamente para sacarlo de su anonimato al comienzo de su vida pública, y presentarlo ante todos como su enviado, como el Mesías esperado, como el Mesías definitivo. Este Jesús, que se deja bautizar por Juan, mezclado anónimamente entre el pueblo, no es un hombre cualquiera, es el "Hijo, el amado, el predilecto". También nosotros hemos sido bautizados. Contemplando el bautismo de Jesús, recordamos también el nuestro.

3.  El día de nuestro bautismo algo se ha encendido dentro de nuestro corazón. Es el fuego del Espíritu Santo que a través de nosotros viene a transformar el mundo. Lo decía la carta a Diogneto: “Lo que el alma es para el cuerpo, eso son los cristianos para el mundo”. El cristiano es un apóstol por vocación. ¡Cómo cambiaría el mundo si fuéramos fieles a esta exigencia!

En el bautismo nos hacemos hijos de Dios, recibimos los dones del Espíritu. Los laicos de hoy deben ser capaces de ofrecer soluciones nuevas a los nuevos problemas, inspirados en la fe de siempre. Estamos integrados en el mundo, en la escuela, en el arte, en la política, en el trabajo y allí debemos sembrar la semilla de Cristo sin convertirnos en prisioneros de sus falsos mitos.

Hermanos y hermanas:  Somos cristianos por el bautismo pero ¿Vivimos como cristianos? Algunos se suman a las estadísticas porque están inscritos en los registros parroquiales pero no conocen a Cristo ni cumplen los mandamientos; se entiende que entre ellos esté de moda la apostasía. ¡Confirma tu fe y la de tus hermanos! Valora los dones recibidos, cuídalos y agradécelos a Dios.


English Translation

The Baptism of the Lord (Year C)                 

WE ARE BAPTIZED TO TRANSFORM THE WORLD

The Epiphany was the manifes