ePriest.com: Your Spanish Homily

Readings

Reading I: Baruch 5:1-9
Psalm: Psalms 126:1-2, 2-3, 4-5, 6
Reading II: Philippians 1:4-6, 8-11
Gospel: Luke 3:1-6

Preaching Tip

Consider Answering the Real Questions Our Parishioners Have

 

When we have a question, we pay more attention to the answer.  If I need to know which gate my flight is departing from, I pay attention when I hear my flight number called over the intercom.  It is human nature.  But in that same airport, once I have my questions answered, the rest of the noise and bustle and announcements over the intercom become mere background noise that is tuned out.

 

This human experience is helpful to keep in mind each Monday morning in which we sit down to begin drafting our homily.  

 

Here is a tip.  Start with writing down a list of questions that real people in the pews will be asking.  It is wise to consult a wide and diverse group of people about these questions.  By trying to answer some of these real questions, we can help keep people from “tuning out” during the homily.

 

It is a monumental problem for preachers who consistently answer questions almost nobody is asking or cares about, such as:

 

  • Why is the priest wearing rose colored vestments?
  • Why is Advent four weeks long?
  • What happened to Father this past week on his way to the post office?

 

Rather, for example, a young person is going to have questions and thoughts such as the following:

 

  • Why don’t I have more friends?
  • Will I make the basketball team this year?
  • Why can’t I hear God’s voice?
  • I can’t see anyone else my age here…so why is being at Church important?
  • My school tells me that science explains everything… why do I need all this pretend stuff (religion)?

 

If as a preacher we never address any questions like the ones the young person has, that young person can rightly conclude that the Church is not helpful, not important, and people at the church don’t care about me. 

 

If, however, I address a real question that people have in their hearts, the congregation will naturally perk up and be more receptive of the Good News we can bring them this Advent.

C Adv. 2                                                         

LA PALABRA EN EL DESIERTO

La Iglesia continúa preparando los caminos del Señor para su venida. El camino de conversión que vamos recorriendo está sembrado de señales de alegría y esperanza. La consigna es la misma: Conversión y perdón de los pecados. El desierto, es el espacio de soledad y de silencio en que el cristiano se purifica y peregrina. Es necesario predicar y vivir la ascética del Evangelio para que los hombres de nuestro tiempo lleguen a ver la salvación.

Hermanas y hermanos:

1. El desierto es lugar de soledad, de dureza de vida, de tentación. El desierto educa en una vida esencial que exige renuncias, desprendimientos, cortes radicales en el alma. El desierto educa en la prueba, siempre y cuando se haga un espacio al amor de Dios. La salvación viene siempre de una Palabra. La Palabra viene sobre nosotros cuando somos responsables, cuando estamos dispuestos a escuchar, cuando no abandonamos el lugar que nos corresponde.

Al reflexionar en su valor exclamaba Paul Claudel: “No basta recorrer esta Palabra con los ojos o con los labios: hay que encariñarse con ella, hay que pararse a pensarla, hay que empaparse de ella. Hay que vivir a su cobijo, hay que almacenarla en nuestra alma, hay que descansar en ella, soñar con ella y despertarse con ella; hay que persuadirse de que ella, y ella sola es pan, y que, en último análisis, sólo de ella tenemos hambre”.

2. Juan ha recibido una misión para realizar: Con su palabra siembra en las almas un mensaje que pocos comprenden; riega la arena estéril con las aguas del Bautismo, con el sudor de la penitencia y con la sangre de su martirio. Así, cada hombre, en las cosas pequeñas o grandes, es el autor de un fragmento de la historia cuyo significado repercute en toda la humanidad. Cada minuto de nuestra vida tiene un peso decisivo. El que responde a Dios colabora en su proyecto de salvación. El que se opone, construye un mundo de perdición.

3. El Adviento es tiempo oportuno para ahondar en las riquezas del misterio de la Encarnación, máxima prueba del amor de Dios al hombre. Dios en persona entra en un punto preciso de la historia y hace que la duración del tiempo esté preñado de eternidad. San Francisco de Sales lo interpreta así: “Cada instante del tiempo viene hacia ti con una tarea para cumplir y con una gracia para cumplirla bien; y retorna a la eternidad para quedarse eternamente tal como tu la has dejado”. A alguno le llega el Adviento en una crisis de cansancio o desilusión. A otro, en momentos de euforia y serenidad.

La Encarnación es misterio de amor y sólo puede entrar dentro de él aquel que vive en continua contemplación como María. Ella nos enseña a descubrir detrás de cada persona, de cada circunstancia, de cada dificultad la Voluntad Santísima de Dios. Pongamos sobre el altar nuestra vida entera, todo nuestro amor y libertad.


English Translation

Second Sunday of Advent (Year C)

THE WORD IN THE DESERT

The Church continues to prepare the way of Our Lord for His Coming. T